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juan.arvizu@eluniversal.com.mx
Venir a los mármoles del Palacio de Bellas Artes a celebrar por primera vez el Día Nacional de la Oratoria, para EL UNIVERSAL es estar de vuelta en casa. Aquí vibró el México de los veintes, cuando la nación imaginó su reconstrucción, y venían los jóvenes al certamen de tribunos, convocados por El Gran Diario de México. Hoy, 90 años después, el ex rector de la UNAM, José Narro Robles, retoma el eco del culto por el debate de ideas y dice a esta generación que “urge recuperar el valor de la palabra que da sentido a la tarea política”.
Sobre su pecho brilla la Medalla Félix Fulgencio Palavicini, en honor a sus méritos al servicio de la nación, trabajo de su vida, en el que la palabra ha sido su instrumento de labranza. Escuchan a Narro Robles representantes de los tres poderes federales, de las principales fuerzas políticas, oradores de la nueva camada.
Momentos antes, el Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL, Juan Francisco Ealy Ortiz, ha impuesto a José Narro Robles la medalla que lleva el nombre del fundador de esta casa editorial. Entre los abrazos y aplausos ha estallado la porra de identificación unamita: “¡Goooyaaa!”.
Ealy Ortiz y Narro Robles, uno economista y otro médico, formados en la UNAM, alzan el puño y lanzan el grito de quienes crecen como estudiantes con el credo de “Por mi raza hablará el espíritu”. De eso se trata, de expresar ideas, chocarlas con otras y que de ese choque surjan chispas, luz, pensamiento.
Todo ocurre en el marco de los festejos de los 100 años de EL UNIVERSAL, que culminarán el próximo 1 de octubre, y que hoy se enlaza con la primera celebración del Día Nacional de la Oratoria, decreto de ley que fue aprobado por el Congreso y promulgado por el presidente Enrique Peña Nieto a partir de la iniciativa ciudadana que impulsó el Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz.
Los mármoles de Bellas Artes son en esta hora crisol de emociones que se amalgaman con la visión de los participantes en torno a lo que significa la oratoria, en la que se refleja, igualmente, la libertad de expresión, Ante ello, el Licenciado Ealy Ortiz dice: “No hay valor más preciado, ni posesión más valiosa” que ésta.
El escenario de la palabra no se limita a la tribuna, está en los medios, señala Ealy Ortiz, quien ha sido timonel de este diario durante 47 años de los 99 que tiene de publicación, lo cual lo hace el editor decano de México, América y, eventualmente, a nivel mundial.
La emoción de los asistentes se enciende con las palabras de gratitud del Licenciado Ealy Ortiz, quien rememora con profundo respeto al fallecido diputado Tomás Torres Mercado, quien en calidad de presidente de la Cámara de Diputados recibió la iniciativa para crear el Día Nacional de la Oratoria.
La palabra es de gran poder. De ello hablan Jesús Zambrano, presidente de la Cámara de Diputados, y el senador Roberto Gil Zuarth, por la Cámara Alta, así como el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar Morales.
Enrique Bustamante, presidente de la Fundación Ealy Ortiz, A.C., presenta a José Narro Robles, quien recibe la Medalla Félix Fulgencio Palavicini. Los goyas se escuchan en la premiación. Habla de los 100 años de EL UNIVERSAL y de esa “historia que resulta monumental”, así como del coordinador de esa obra colectiva, el Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, “personaje pleno de responsabilidad y compromiso con el país, que ejerce la libertad”.
Inteligencia y pensamiento se funden entre los mármoles del Palacio de Bellas Artes, un recinto de la cultura, en el que la imaginación y la palabra son el centro de la celebración. Recuerda el ministro Luis María Aguilar a Italo Calvino, quien decía: “La fantasía es un lugar en el que llueve”, y hoy aquí han llovido ideas.