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Los casos de influenza en México repuntaron 125%, respecto a la temporada invernal pasada, y de octubre a la fecha se cifran en 5 mil 915 enfermos y 182 defunciones.
En el periodo invernal 2014-2015, las autoridades de salud reportaron mil 690 pacientes y 47 decesos.
En el informe semanal de vigilancia epidemiológica, difundido por la Secretaría de Salud (Ssa) a través de la Dirección General de Epidemiología, destacan este año los enfermos por influenza tipo AH1N1, con 2 mil 408 casos registrados; le siguen 2 mil 309 de AH3N2; 960 de tipo B, y 238 que contrajeron la tipo A.
“En la temporada anterior de influenza 2014-2015, el virus predominante fue el AH3N2”, se precisa en el documento, que destaca que las zonas del país con mayor número de casos confirmados de influenza este año son Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Tlaxcala y Puebla, que en conjunto suman 45.1% del total.
Las entidades con mayor número de defunciones son: Sinaloa, Estado de México, Jalisco, Baja California e Hidalgo, que en conjunto reportaron 47.3% de los decesos por influenza.
El documento detalla que por edad, los grupos con más prevalencia son los mayores de 65 años, seguido del de uno a cuatro y de 30 a 34 años.
“Hasta el momento, el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) no ha identificado mutaciones relacionadas con cambios antigénicos que impacten en la virulencia o patogenicidad del virus de influenza, y no se han identificado resistencias virales al Oseltamivir”, se destaca en el reporte semanal.
Comportamiento por cepas. De acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la mayoría de los indicadores asociados a vigilancia de influenza continúan con una endémica creciente.
En Canadá, México y Estados Unidos predomina e incrementa la influenza AH1N1, seguida de la variante AH3N2, principalmente en México.
La influenza es una infección vírica que afecta principalmente nariz, garganta, bronquios y, ocasionalmente, pulmones. La infección dura generalmente una semana y se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea, malestar general importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis.
El virus se transmite con facilidad de una persona a otra a través de gotículas y pequeñas partículas expulsadas con la tos o los estornudos. La influenza suele propagarse rápidamente en forma de epidemias estacionales.
La mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico.
En niños, ancianos y personas aquejadas por otras afecciones médicas graves, la infección puede conllevar complicaciones de la enfermedad subyacente, provocar neumonía e incluso causar la muerte.