Necesitó trabajar desde pequeño para apoyar a su familia; no tuvo oportunidad de estudiar la escuela primaria ni la secundaria y cuando pudo hacerlo era mayor de edad para ingresar al sistema escolarizado.

Roy Nelson Cecilio Mendoza decidió entrar al INEA en 1993. Completó sus estudios de primaria y secundaria, al terminarlos se incorporó a la Dirección General de Bachilleratos y después hizo una licenciatura.

Hoy, es licenciado en Administración Urbana; está por iniciar una maestría en Derechos Humanos y es coordinador de zona de servicios educativos del INEA, donde da atención a personas mayores de 15 años que están estudiando la primaria, la secundaria o que están siendo alfabetizadas.

“Es mi manera de retribuir a la educación abierta el apoyo que en su momento recibí para superarme. Tengo la sensibilidad para comprender las circunstancias por las que una persona ingresa a este sistema educativo. Les explico a mis alumnos que esta es una manera de ejercer el derecho que todos los mexicanos tenemos para concluir nuestra educación básica, primaria y secundaria, así como la alfabetización”.

Admite que a pesar de lo logrado, el rezago educativo presenta una tendencia creciente, debido al número de menores que abandonan el sistema escolarizado anualmente.

Sin la intervención del programa, se estima que esta población se incrementaría a poco más de 34 millones de personas para el año 2025.

Durante la Campaña Nacional de Alfabetización y Abatimiento del Rezago Educativo (2014-2018) “se requiere movilizar a más de un millón de personas para que participen como promotores, alfabetizadores, asesores, aplicadores de exámenes”, señaló.

Ana María Guzmán Saldaña, coordinadora de Zona (INEA) en la Delegación de Iztapalapa, refiere que actualmente se da atención a alrededor de 3 mil 200 personas en la demarcación que cursan diferentes niveles de alfabetización, educación primaria y secundaria.

“La edad promedio de primer ingreso en primaria y secundaria es de 35 años, y en el caso de los analfabetas, la mayoría son adultos mayores de 60 años. En esta zona prevalece el alcoholismo, la drogadicción, la desintegración familiar, madres solteras, y la única manera de contrarrestar esta situación es a través de la educación.

“Muchos jóvenes mayores de 15 años, que no han tenido acceso a una educación formal, se acercan al INEA cuando ven que sin estudios de primaria ni de secundaria no pueden acceder a otros niveles de estudio y de trabajo”, asegura.

Terminar los estudios. Jorge Eduardo tiene 19 años. Quiere estudiar la carrera de Derecho, pero necesita terminar la secundaria y después ingresar al bachillerato para lograrlo.

“Estudié hasta primero de secundaria, pero abandoné mis estudios para comenzar a trabajar, lo hice durante cuatro años, pero me pagaban muy mal. Ahora en todos los empleaos te piden la primaria y la secundaria terminados, y a veces el bachillerato para tener un sueldo digno”, explica.

Desde hace un año avanza en los módulos del INEA a través de su celular, que es uno de los métodos de estudio que ofrece la Campaña Nacional de Alfabetización y Abatimiento del Rezago Educativo (2014-2018) con el uso de nuevas tecnologías para favorecer el acceso a la educación de las personas adultas y la adquisición de competencias digitales.

Es así como Jorge Eduardo está terminando la secundaria. “He tenido la facilidad de estudiar los distintos módulos desde mi casa, a través de mi celular, utilizando internet que permite guardar mis actividades y autoevaluaciones, así como el registro porcentual de mi avance”.

A decir de autoridades del INEA, existe un enorme potencial de demanda de servicios en la institución, puesto que el mercado laboral exige la secundaria terminada para acceder a un trabajo mejor remunerado en la economía formal. Esto constituye una alternativa para la población adulta que requiere un certificado de estudios con validez oficial, no escolarizado y en plazos cortos.

Perla Salazar Cruz es una de sus educadoras, quien se ha especializado en los módulos de matemáticas y formó cursos para que los alumnos no dejen de acudir a la Plaza Valle de Luces, donde ella labora, para que se regularicen de mejor manera ante la materia, y continúen avanzando.

“Actualmente cuento con más de 20 cursos especiales para jóvenes y adultos interesados en dominar las matemáticas. Me siento orgullosa de que varios de mis educandos estén por presentar el examen de ingreso a bachillerato.

“Para mí no ha habido mayor satisfacción que escuchar a un adulto mayor que hasta hace poco era analfabeta que se acerca para decirme: ‘Gracias a usted y al INEA no me voy a morir como un ignorante’”, concluye la alfabetizadora.

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