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La visita del Papa Francisco a México fue un éxito y en ningún momento rompió ningún principio constitucional relativo a la laicidad, consideró el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Segob, Humberto Roque Villanueva.
En entrevista con Notimex, el funcionario de la Secretaría de Gobernación (Segob) explicó que hay dos artículos de la Carta Magna que se equilibran: el 24, que habla de la libertad religiosa, y el 40, que se refiere a que el Estado mexicano es laico.
Explicó que el Artículo 24 consigna el derecho de todos los mexicanos a profesar la religión de su gusto o no profesar ninguna, y hay un agregado importante de que los eventos de culto público no necesariamente tienen que ser en los templos u hogares de los mexicanos.
Agregó que la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público señala que los funcionarios públicos no podrán asistir a algún evento de carácter religioso en su condición, pero el 40 habla del derecho de todo mexicano a profesar la religión que quiera, lo que no significa una contradicción.
Expuso que si el titular del Ejecutivo federal asistió a misa en la Basílica de Guadalupe, no rompió el principio constitucional de la laicidad, ya que lo hizo en su calidad de ciudadano porque no hubo honores al presidente de la República ni se tocó el Himno Nacional.
Más adelante, consideró que el balance de la gira pastoral del Papa Francisco por tierras mexicanas, del 12 al 17 de febrero, puede considerarse como “extraordinariamente positivo”.
Expuso que se “trata de un personaje de talla mundial que dejó una huella fuerte en el país, pero también se llevó una huella importante de lo que es, ya que incluso comentó que estaba sorprendido de la vitalidad y de las características propias de México y de su población”.
En su opinión, el mayor beneficio de la visita papal es de carácter moral, pues el pontífice es un hombre que ha trascendido la esfera estrictamente religiosa y se ha convertido en un referente de parte de la consciencia mundial.
Lo anterior, dijo, en temas como el cambio climático, el narcotráfico, la solidaridad con los pobres, etcétera, lo que “le ha dado al Papa una imagen mundial extraordinaria y bien aceptada”.
Señaló que todas las reflexiones de un hombre tan importante tienen que penetrar necesariamente en parte de la consciencia nacional, aunque “no digo que la simple expresión papal vaya a cambiar la realidad del país, lo que no veo viable”, aclaró Roque Villanueva.
Añadió que “lo que sí veo viable es que se vaya sumando esa opinión, que tiene un valor cualitativo, a muchas otras sobre los grandes problemas nacionales y que seguramente con el impulso que da el Papa puede ayudar a mejorar y concretar políticas públicas en los temas que toco”.
El funcionario federal señaló que la gente fue muy cariñosa con él y eso ayudó a que tuviera esa percepción que desde luego es la correcta, y aclaró que el que viniera a México es algo que se le debe atribuir al presidente Enrique Peña Nieto, quien lo invitó y estuvo pendiente de que se diera esa gira.
Por otra parte, aclaró que la preocupación del Estado no era tanto que hubiera manifestaciones en un sentido u otro por los llamados grupos de presión, como es el caso de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) o de otros que se sienten heridos.
Roque Villanueva subrayó que debe quedar claro que el fervor del pueblo mexicano superó cualquier “tentación” que pudiera haber existido en esos grupos.
Asimismo, rechazó que haya existido alguna indicación de que el Papa no se reuniera con los padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa o con cualquier otra agrupación.
Subrayó que “esto lo puedo afirmar porque fue parte del proceso del cual el gobierno de México, junto con la Conferencia del Episcopado Mexicano y la nunciatura apostólica, estuvimos afinando con el encargado de los viajes papales, Alberto Gasbarri”.
El subsecretario Roque Villanueva aseguró que en ningún momento el gobierno mexicano hizo ninguna observación a la nunciatura ni a la Conferencia del Episcopado ni a la gente de Roma de que “pudiera o no reunirse con quién el Papa quisiera, porque actuó con entera libertad”.
Además, señaló que el jerarca católico decidió cómo iban a ser sus mensajes y en donde los iba a dar, y hay una confusión respecto a que hubo reuniones privadas, ya que salvo la que tuvo el Papa con jesuitas no hubo ninguna otra.
Expuso que el Papa planteó el qué, pero el cómo y cuándo corresponden a la sociedad, en otros casos a la propia Iglesia Católica y en otros a una combinación de lo que pueden ser las políticas públicas impulsadas por el gobierno y la respuesta ciudadana que se pueda obtener.
Citó el caso de la migración y la campaña para reducir los índices de criminalidad y al respecto manifestó que evidentemente todo gobierno requiere que haya una aceptación por parte de la sociedad para estas políticas públicas y que de esta manera tengan su mejor efecto.
Roque Villanueva añadió que la Iglesia católica, más allá de su función espiritual, tiene un papel que desarrollar en la sociedad y desde luego tiene que ver con la formación moral del mexicano.
Resaltó que en la medida en que la formación moral de los habitantes de un país sea más sólida, las políticas públicas que buscan combatir la pobreza, reducir los índices de criminalidad, tratar bien a los migrantes, tendrán mejor resultado.
cfe