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marco.muedano@eluniversal.com.mx
Organizaciones sociales opositoras a la legalización de la marihuana aseguraron que lo difundido hasta ahora sobre el enervante son mitos que generan confusión en los habitantes, puesto que no se detallan los daños que causa a la salud.
En el foro Marihuana, Lo que No se Dice y Tienes que Saber, los Centros de Integración Juvenil (CIJ), la Clínica del Tabaco, de Convivencia sin Violencia y la organización Cinema Park mencionaron que la droga causa daños en la salud mental y física en niños y adolescentes.
Carmen Fernández Cáceres, directora general de los Centros de Integración Juvenil, comentó que el consumo de marihuana no cura ninguna enfermedad, sólo reduce la sintomatología del padecimiento.
“El humo es lo que enferma, no es la nicotina o el THC en términos sistémicos lo que causa daños al pulmón, cardiovasculares o cáncer. El humo enferma igual, 90% del cáncer es derivado del humo de tabaco, y en estudios se ha comprobado que el humo de la marihuana es igual de dañino para provocar cáncer y enfermedades cardiovasculares”.
En la ponencia dijo que es necesario informar sobre los efectos de la marihuana en la salud y no criminalizar a los usuarios, puesto que no se han dado a conocer los efectos que provoca en el organismo.
“Nadie quiere criminalizar a los usuarios, lo que queremos es atender, alejarlos de la droga. No queremos más niños consumidores”, dijo.
Fernández aseguró que el consumo de la droga en niños genera consecuencias en el cerebro, puesto que “no termina de desarrollarse hasta los 21 años. Las áreas en formación en los niños y adolescentes que se daña es la zona prefrontal del cerebro; ahí controlamos emociones, disciplina, impulso y vida social”.
Refirió que en 2015 se registraron 2 mil 735 ingresos al hospital siquiátrico Fray Bernardino por atenciones a jóvenes que presentaban problemas de adicción relacionados con el consumo de la marihuana.
Sergio García, especialista en bioética, consideró que la tendencia del debate y las políticas sobre el uso de la droga “son equivocadas”, porque los verdaderos expertos en el consumo de drogas en jóvenes son los padres que tratan a sus hijos y éstos han sido excluidos.
