"Yo lo veo  porque lo veo", dice Juana Jiménez, quien permanece esta noche en las afueras de la Nunciatura esperando la salida del papa Francisco.

El horario de su trabajo le impidió una vez más ver la llegada del Papa por lo que el día de mañana será su última oportunidad para verlo.

"Trabajo en el Pedregal limpiando una casa y como salgo a las ocho de la noche no lo puedo ver, así que me voy a quedar a dormir para que no se me pase verlo", comenta mientras se abriga con la chamarra extra que trae.

Juana comenta que vio a Juan Pablo II las veces que visitó México, por lo que siente una obligación ver la visita del actual líder de la iglesia católica.

"No importa que no duerma, aquí lo esperaré hasta que salga", comenta mientras una docena de personas al igual que ella trata de resistir esta fría noche.

jcra

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