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La pequeña Andrea y sus familiares permanecieron horas en el Eje Central, Lázaro Cárdenas, para ver al Papa Francisco. Ni el frío ni el cansancio importaron. Necesitaban pedirle al pontífice que intercediera por Andrea, ante Dios, para que pudiera caminar.
Andrea nació hace siete años con un retraso en el sistema motriz. "Al nacer le faltó oxígeno y le afectó todo el sistema motriz, entonces por eso no puede de caminar", explicó a EL UNIVERSAL Maricela, abuela de la menor.
Acompañada de su madre, su abuela, tía y hermano, Andrea estuvo en primera fila para observar al jerarca católico y recibir un saludo desde el papamóvil. "Sentí emoción", expresó la niña, con una sonrisa tímida en el rostro, después de verlo.
"Yo todos los Días le pido a Dios, al Papa, a la Virgen, a todos, que cure a mi niña que le dé fuerzas para que pueda caminar", comentó la mujer de 65 años.
Sin importar sus tristezas, Maricela aseguró que ver al religioso argentino le generó una emoción tan grande que le dieron ganas de llorar.
"Es como recibir a un representante de Dios, yo tengo mucha fe en que cure a mi niña", insistió.
El Eje Central, a la altura del Eje 8 Sur. Popocatépetl, amaneció con presencia policiaca y militar. Aunque los cortes a la circulación estaban previstos para las 05:45 horas, la vialidad se cerró hasta las 7 de la mañana.
A esa hora comenzó a llegar la mayoría de la gente. Algunos tapados con cobijas, otros con bufandas. Pocos, como Amparo Bravo, llegaron a las 6 de la mañana para recibir la bendición del líder de la iglesia católica.
La mujer de 67 años salió a las 5 de la mañana de Cuernavaca rumbo al Eje Central para poder verlo. "Esto es maravilloso, con que pase, lo veamos y nos eche la bendición nos vamos a conformar, es lo máximo que nos puede pasar ahorita", afirmó.
Alegría y felicidad le provocó a Sergio Domínguez ver al religioso argentino a bordo del papamóvil. Cuando era adolescente, tuvo la oportunidad de ver a Juan Pablo II, "eso me movió para regresar, siento alegría de pensar que veré al Papa aunque sea un segundo de lejos, es algo que se va a quedar en mi vida grabado".
A las 4 de la mañana se levantó y salió de su hogar en Milpa Alta rumbo al Eje Central y el Eje 6 Sur. Dos horas después llegó y, junto con su familia, se colocó a un costado del Metro Eje Central para esperar el arribo de Francisco I.
Una hora más tarde llegó la señora Aurora Zambrano, quien hace años vio al papa Juan Pablo II, "me dio mucho gusto y dije: si Dios me da licencia, veo al nuevo (líder de la iglesia católica)".
La mujer de 83 años presenció la llegada del obispo de Roma por la televisión y al no sentir la misma sensación decidió dejarlo todo para ir a ver al Papa, "después de todo ya no lo volveré a ver".
Esperó con ansias hasta que al fin vio al representante del Vaticano, a quien le pidió rezara por su familia.
Con el paso de las horas llegaron comerciantes para vender banderas pequeñas en 10 y 20 pesos. También ofrecieron playeras, calendarios, fotografías con oraciones, globos y otros artículos en color amarillo con blanco.
El papamóvil salió de la Nunciatura rumbo a Palacio Nacional y el Eje Central formó parte de su ruta (Insurgentes Sur, Eje 8 Sur –Popocatépetl-, Eje Central –Lázaro Cárdenas-, José María Izazaga y 20 de Noviembre).
Al llegar la tarde Francisco regresó a la Nunciatura, pero lo hizo en auto cerrado. Esto decepcionó a muchos, pues esperaban poder ver y saludar al "enviado de Dios", como ellos lo llamaron.
A las 4 de la tarde, nuevamente abordó el papamóvil con dirección a la Villa. Avanzó sobre Insurgentes Sur, Eje 8 Sur –Popocatépetl-, Eje Central –Lázaro Cárdenas-, Paseo de la Reforma y Calzada de Guadalupe.
Durante un recorrido por la ruta del obispo de Roma, encabezado por personal de la SSP, se constató que hubo tramos donde no había presencia de católicos. La mayor cantidad de gente se reunió en Insurgentes, mientras que en el resto de las vialidades se dispersó.
Durante su segundo recorrido el jerarca católico fue aclamado por chicos y grandes que portaban banderas, globos, playeras, fotos, imágenes religiosas y otros artículos que compraron a vendedores ambulantes.
En ningún momento, el Eje Central lució abarrotado, el mayor cúmulo se registró a la altura de la avenida Juárez y Madero.
Después de su paso las personas se retiraron y volvieron a la hora en que el Papa regresaría a la Nunciatura. Tal como en su primer viaje, el obispo de Roma retornó en un vehículo cerrado.
Las porras y aplausos predominaron durante sus recorridos y, aunque fue poco el tiempo que lo vieron los presentes se dijeron satisfechos, pues es un momento que podrán revivir gracias a las fotografías y videos que tomaron con sus teléfonos celulares.