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El canónigo teólogo de la Catedral Metropolitana, Julián López Amozurrutia, invitó a los fieles católicos a escuchar los mensajes del Papa Francisco y, sobre todo, exhortó a ponerlos en práctica.
Al oficiar la misa de Cuaresma, en sustitución del cardenal Norberto Rivera, el prelado expresó a los feligreses que el pontífice aún está presente en dicho recinto religioso, pues “todavía suena en las columnas y los muros el mensaje poderoso que dirigió a nuestros señores obispos”.
Enfatizó que el paso de un hombre andariego, que quiso que sus plantas pisaran esta Iglesia, “causa una intensa emoción en nuestro corazón” por la oportunidad de haber escuchado su palabra y de haber sentido la congruencia del testimonio cristiano de un pastor.
Ante cientos de católicos, provenientes de diversos estados, recordó que en el Año de la Misericordia, al igual que lo expuso el jefe de Estado del Vaticano, la Cuaresma tiene un sentido importante porque “la alegría de nuestra fe cristiana es una experiencia de salvación”.
“Hay una salvación posible porque a veces nos pudo haber ocurrido que nos hemos conformado con la manera de vivir que tenemos, tanto a nivel personal como comunitario”, expuso en el atrio de la Catedral.
Planteó que eso también ocurre en las familias, los espacios de trabajo, las estructuras políticas y en la organización civil, debido a una especie de fatiga que conduce a perder la esperanza.
Pero, la fe indica que es posible cambiar y la conversión es un regalo ofrecido por Dios y, como lo ha dicho San Pablo, la salvación “está muy cerca de nosotros y tenemos la posibilidad de que nuestros labios pronuncien la profesión de fe”, sostuvo.
En ese sentido, resaltó que también está la necesidad profunda de llegar al corazón, un aspecto que el Papa Francisco ha hecho énfasis en su viaje apostólico a México.
“Si no tenemos la raíz de nuestra fe en el corazón, todo lo que hacemos exteriormente termina por perder consistencia”, resaltó ante los católicos.
“El Papa dijo a los obispos que miraran a María y dejaran que en silencio los impactara la belleza de ese rostro compasivo que nos acerca a la misericordia de Dios”, recordó, y dijo que eso hizo ayer el jerarca de la Iglesia Católica por más de 20 minutos en la Basílica de Guadalupe.
"El Papa nos dijo que esperaba que esta Catedral fuera un lugar en el que se viviera como familia la paternidad de Dios, quien sabe tener cuidado, acompaña y anima a todos", finalizó López Amozurrutia.
cfe