Hasta el momento se han capacitado alrededor de 600 médicos, enfermeras y personal administrativo en la implementación y estandarización de este esquema, cuya misión es intervenir de manera cálida, eficaz y oportuna en la derechohabiencia. Explicó que cuando los afiliados ingresan, en dos minutos se les registra en el sistema, en los siguientes cinco les toman signos vitales y les practican una evaluación médica que determinará el área del servicio de urgencias en la cual deberán atenderse. “Este proceso en total dura siete minutos”, precisó.
 
En este sistema, añadió, la coordinación entre el cuerpo de enfermería y los médicos es vital para su correcto funcionamiento. “Cuando llega un paciente y el semáforo está en rojo (grave), el trabajo del enfermero y del personal administrativo va a la par: uno toma signos vitales y el otro efectúa el registro, sin interrumpir el proceso de atención, para después capturar los datos correspondientes, que servirán al doctor tratante para dar seguimiento a su estancia”.
 
Detalló que el médico tratante otorga una prioridad de atención de acuerdo al color del semáforo. El rojo indica pacientes de intervención inmediata porque su vida está en peligro; el derechohabiente en amarillo si bien puede presentar alteraciones en los datos objetivos (signos vitales) y requiere hospitalización, está en condiciones de esperar un poco para su atención, y el paciente en color verde significa que, según su valoración, no muestra ninguna alteración, por lo que puede ser atendido en un tiempo más razonable de espera.
 
Entre las enfermedades clasificadas en rojo se encuentran: lesión de cráneo severa, quemadura extensa, dificultad para respirar, sudoración severa y dolor de pecho, sangrado y embarazo, golpe severo con sangrado. En amarillo: dolor de cabeza o abdomen, golpes, fracturas, desorientación, infecciones de pie diabético, diarrea y orina con sangrado. En verde se agrupan pacientes con enfermedades crónicas, enviados por clínicas o por consulta externa con un pase de más de 24 horas.
 
Con la aplicación del Triage, subrayó Miranda Cerda, el tiempo de atención en semáforo verde se redujo de una hora a 20 minutos, los amarillos a menos de 40 minutos y los rojos a 20.

Cabe mencionar que la aplicación de la herramienta tecnológica para este esquema no representó ningún costo al ISSSTE, solo se creó un módulo en el Sistema Médico Financiero (SIMEF), que tiene acceso a las unidades médicas del organismo.

jlcg

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