Ciudad de México. La música se escucha a todo volumen pero aquí lo que parece fiesta es trabajo. Todas las noches después de un arduo día, Isaac Estrella y su familia preparan las ollas que formarán la base para las coloridas piñatas que su familia vende desde hace más de 20 años.

La olla no es lo más difícil pero sí lo más tardado, “se infla un globo gigante, se pone papel y engrudo, siempre se hacen en la noche, con la nochecita amanecen frescas, un ratito que les da el sol y ya”, explica Isaac.

Alrededor de su casa y sobre la banqueta hay una serie de mesas que sirven como centros de producción y aunque la línea de ensamblaje parece de por sí grande, Isaac menciona que no es la única con la que cuentan “cada tío incluyendo a mi papá tiene sus propios talleres y su propia línea de producción de piñatas de figura, es un negocio completamente familiar”.

Todo empezó con su abuelo que le agarró el chiste jugando y por el gusto de hacer piñatas. “Nos enseñó mi abuelito, al principio no vendían mucho, como 10 piezas por semana, por eso dejaron de hacerlas un tiempo porque él se dedica a otras cosas y cuando se quedaron sin empleo volvieron a esto pero ya como un negocio”.

En la actualidad sólo las hacen de cartón pero en tiempos de su abuelo todas las piñatas eran de olla de barro hasta que la gente dejó de comprarlas por lo peligrosas que eran. Sin embargo, también han diversificado sus productos y además de las piñatas navideñas, el resto del año hacen personajes de caricatura para fiestas infantiles.

La transición a las piñatas de personajes fue al igual que con las de picos, casi jugando, “fue mi abuelito el que empezó a hacer a Abelardo. Unió varias piezas, como era redondo, un globo grande era la panza y otro más pequeño la cabeza. De ahí empezaron a hacer otros personajes”.

A pesar de las fechas navideñas, en el negocio se pueden ver colgando figuras de Minions, Peppa Pig y Pocoyo, listas para hacer feliz a un niño.

Hoy “Piñatas Estrella” es proveedor de mercados conocidos por cualquier chilango, como la Merced o el mercado de Jamaica pero también de centros comerciales y supermercados donde no las comercializan, simplemente las ocupan para adornar sus entradas en la época navideña.

En el negocio familiar los tíos de Isaac son los que dirigen, sin embargo, cada uno tiene la libertad para hacer su parte como mejor le parezca, nada está escrito, si creen que algo combina lo aplican.

Resultado de esto es su diseño único de piñata con picos transparentes, ocupan plástico PVC y hasta ahora nadie las ha podido igualar porque hacer una piñata parece sencillo pero no lo es. Lo más difícil es hacer los picos ya que ubicarlos simétricamente alrededor de la olla es complicado pero ellos lo hacen con pura maña.

“Agarramos un cartón grande, a veces de hasta dos metros para hacer los picos, mi tío se dedica a armarlos y pegarlos, luego se les da una capa de periódico para que tenga firmeza”. Utilizan papel caple porque es más resistente pero para una piñata pequeña una cartulina gruesa está bien.

Son famosos por venderlas pero también por ayudar a hacerlas “Llegan personas de las escuelas porque las dejan de tarea y nos dicen: sabe qué, ya mejor véndamela hecha o yo le traigo el material y ayúdeme”.

Sus piñatas varían en precios según el tamaño, de 35 la más pequeña hasta la más grande y cara de tres mil 500 pesos. Hasta el día de hoy, no pasa ni un año en el que no vendan todas las piñatas que fabrican aunque Isaac reconoce que al principio tuvieron que tocar puertas.

“Se batalló al principio pero empezaron a ver la calidad que manejamos. Por lo regular siempre tratamos de hacer cosas innovadoras y originales para que se pueda vender nuestro producto. Fue con el tiempo que la gente comenzó a buscarnos en vez de nosotros a ellos”.

El toque final se da con el forrado, aquí entra la creatividad de cada artesano. El centro de la piñata se adorna con confeti de colores o papel estaño que es metalizado y a los picos les ponen “chinos” que son tiras de papel cortado con forma circular que se colocan una por una alrededor de los picos. Por último se cuelgan tiras de papel de colores de los conos y se les amarra un lazo para poder colgarlas y romperlas.

Para la familia Estrella hacer piñatas es más que un negocio pues el significado que dan a este trabajo es el de la unión familiar “en estos tiempos es cuando estamos juntos pero no revueltos, estamos todos aquí apoyándonos”.

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