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El debate sobre el consumo de la marihuana con fines recreativos no sólo es entre los ministros del máximo tribunal; afuera liberales, conservadores y uno que otro que no sabe lo que se discute pero está en el bullicio se manifiestan en pro y en contra.
Desde temprano, padres de familia y organizaciones que no apoyan el autoconsumo del enervante exponen sus motivos; uno de ellos se centra en aumentar los espacios para el deporte, el arte y la cultura. Aseguran que legalizar las drogas terminará lesionando a la sociedad.
Encabezados por Red Familia y A Favor de lo Mejor, entre otras organizaciones, se preparan para entrar al edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para entregar 19 mil firmas de ciudadanos que se oponen al uso de la marihuana.
El otro bloque, los liberales, extienden sus pancartas y mantas. Su argumento es que la lucha por las drogas ilegales es motivo de miles de muertes en el país.
Cada bando defiende su posición. La organización RegulaciónYa y el PRD invitan a firmar. Llevan 50 mil y necesitan 120 mil para presentar en febrero próximo una iniciativa ciudadana al Congreso de la Unión.
“El 40% de los recursos del crimen organizado provienen de las drogas, por eso hay que regularla, para frenar la guerra al narcotráfico”, señala Abraham Rojas Martínez, de Juventudes de Izquierda del PRD.
Por redes sociales y medios de comunicación los manifestantes siguen lo que sucede en el interior de la Primera Sala del Alto Tribunal.
El grupo opositor se retira y sólo quedan los colectivos en pro que queman su “bachita”.
Reverdecer Colectivo se enfrasca con la Coordinadora de Organizaciones Mariguana Liberación (COMAL). Algo inusual, ambas apoyan el consumo, pero tienen diferencias con el proyecto del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Tras exponer sus ideas siguen los empujones para arreglar sus diferencias. A Reverdecer no le importa más que la aprobación y buscar una lluvia de amparos para sembrar marihuana y fumarla. COMAL asegura que el proyecto pretende declarar anticonstitucional el artículo 235 de la Ley General de Salud, que permite usos científicos de la marihuana.
La votación termina cuatro en favor y uno en contra. Vitorean el fallo los liberales. “¡Mota sí, guerra no!” es el eco en la calle de Pino Suárez.
El enmascarado de marihuana alza el puño, hace suyo el fallo. Ya todos hablan de buscar el amparo y comenzar con el autocultivo. Es la hora del festejo frente al máximo tribunal y varios sacan sus “churros”.