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En México, ocho de cada 10 jóvenes se asumen lectores por gusto y no por obligación, y tres de cada 10 usa internet para leer libros de manera espontánea. Sin embargo, 87% usa los medios digitales para chatear, 85% para convivir en redes sociales y 55% para investigar temas de interés personal, no necesariamente escolares. Estos son algunos de los resultados que arroja la Primera Encuesta Nacional sobre Consumo de Medios Digitales y Lectura, realizada a iniciativa de IBBY México y Banamex.

Según la medición aplicada a 2 mil 81 jóvenes no universitarios —de entre 12 y 29 años, con ocupaciones diversas— y a 2 mil 102 universitarios, estudiantes de licenciatura y posgrado de instituciones de educación superior públicas y privadas de 12 ciudades del país, los jóvenes mexicanos pasan 30% de su tiempo interactuando con recursos digitales para consultar medios, escribir, socializar y escuchar música.

La encuesta, que fue asesorada por un comité técnico integrado por gente relacionada con el libro electrónico, la edición, fomento a la lectura y nuevas tecnologías, da cuenta de que hay una alta penetración de internet entre los jóvenes de zonas urbanas, pues 87% de los encuestados son usuarios de la web, lo que representa 33% por encima de la media nacional, que es de 54%, según datos de 2015 de la Encuesta de uso de Internet de la Asociación Mexicana de Internet (Ampici).

Uso de tecnologías. En esta nueva medición, que es importante porque evalúa los consumos de medios digitales y la lectura entre los jóvenes, universitarios y no universitarios, se plantea a la lectura desde su concepto más amplio, que no es nuevo; sin embargo, sí presenta datos importantes de cómo leen los jóvenes mexicanos que también estuvieron contemplados en mediciones anteriores como la Encuesta Nacional de Lectura 2012, impulsada por FunLectura.

Esta vez, la dinámica incluyó soportes de lectura, que confirmaron que la lectura principal de los jóvenes se hace a través de sus teléfonos inteligentes, que es su dispositivo predilecto.

Del total de los encuestados, 89% tiene un Smartphone para uso personal, con el que acceden a internet; además, 7% de los entrevistados tiene conexión a la web por servicios de prepago, que representa una inversión mensual de 192 pesos.

De acuerdo con Gema Bustamante, de IBBY México, quien presentó los resultados de la encuesta, “se están modificando los hábitos de consumo de información y lectura entre los jóvenes, que cada vez más están acostumbrados a estos contenidos breves, y una de las hipótesis podría ser debido a su formato pequeño. Esto es motivo para otras investigaciones”.

La encuesta, que contó con la colaboración de otras instituciones como la ANUIES, el CIDE, El Colegio de la Frontera Norte, Fondo de Cultura Económica, la UAM, la Universidad Iberoamericana y la UNAM, ofrece información que podría ser utilizada por las instancias académicas participantes y las asociaciones que trabajan en el fomento a la lectura y el libro para definir sus políticas públicas en la materia.

Por ejemplo, se sabe ahora que entre los jóvenes encuestados, 42% dijo que usa los medios digitales para informarse de las noticias, mientras que entre los universitarios 90% usa internet para actividades de la escuela, 69% acostumbra investigar temas de su interés personal, 60% consume información noticiosa y cuatro de cada 10 acostumbra leer libros en línea.

Sin embargo, en el tema de la lectura digital de libros, la encuesta señala que cinco de cada 10 jóvenes prefieren leer literatura en formato impreso y que principalmente consumen libros gratuitos; además, muestra que sólo 11% de los jóvenes, no necesariamente universitarios, compra libros digitales y gasta, en promedio, 512 pesos al año en ello; así también, 15% de los universitario compra eBooks e invierte 871 pesos anualmente.

Caen mitos. Según Bustamante, la encuesta echa por tierra dos afirmaciones: “Que los mexicanos no leen, porque tradicionalmente la métrica para esta información se basa en el número de libros o ejemplares de materiales de lectura que se consumen”, y que “en el país se lee más por obligación que por gusto; los resultados del estudio indican que indistintamente de la ocupación de los jóvenes, hay un mayor acercamiento a la lectura por elección propia, puesto que la lectura no está concebida únicamente como el consumo de libros o de contenidos literarios”.

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