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Tres reconocidos neurobiólogos, uno de ellos investigador de drogas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), interpusieron un amparo para el uso, cultivo y consumo de marihuana, con el fin de sentar jurisprudencia en México sobre el tema.

El fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que amparó a cuatro personas del grupo SMART para cultivar marihuana y consumirla ha motivado a Herminia Pasantes, profesora emérita del Instituto de Fisiología Celular; a Luis Alonso Lemus y Francisco Fernández de Miguel, del mismo instituto, a iniciar el proceso legal.

Acudieron a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para solicitar su permiso y sumarse a la iniciativa. Los tres nuevos peticionarios esperarán entre uno y tres meses a que la Cofepris les dé una respuesta; si esta es negativa, tramitarán un amparo ante los tribunales.

Para Herminia Pasantes, quien ha centrado su investigación en el estudio de las drogas, este amparo significa defender su derecho a decidir.

“Ninguna droga legal o ilegal es inocua por completo, pero hay diferencias entre los efectos nocivos que causa”.

Luis Alonso Lemus señala que como científicos tienen una responsabilidad de participación en el debate.

Consultados por EL UNIVERSAL, los investigadores comentaron las razones por las cuales iniciaron el proceso legal.

“Yo estoy en principio en contra de las drogas porque la adicción transforma al individuo en un esclavo de su cerebro justamente por la adicción. Sólo los inhalantes, a los que curiosamente se les presta poca atención, causan muerte neuronal. Las otras drogas, las anfetaminas, la cocaína, causan efectos sobre la conducta que pueden llegar a desarrollar episodios de tipo sicótico, pero eso nunca ocurre con la marihuana, que es una droga que no tiene efectos de daño al cerebro”, cuenta la investigadora Pasantes.

Para ella lo importante es que el Estado informe sobre lo que puede suceder con las drogas; si hubiera una regulación de estas, y en particular de la marihuana, habría menos jóvenes encarcelados, considera.

“En niños y adolescentes sí está documentado que tiene algunos efectos de reducción de la capacidad cognoscitiva, pero en adultos no. Se menciona que la marihuana produce muerte neuronal; esto es incorrecto. A la marihuana la considero mucho menos nociva que el alcohol o el tabaco”, dice.

A Francisco Fernández de Miguel, doctor en neurociencias e investigador titular de la UNAM, lo que le interesa es tener cuanto antes una sociedad cuya toma de decisiones se base en el conocimiento científico y no en el prohibicionismo fallido, que a su decir ha resultado en un problema de violencia que está fuera de control.

“Hay que saber que la marihuana sí causa daño en niños y jóvenes consumidores, pero en adultos los daños son mínimos, y no es una droga que tenga la gravedad que tiene el alcohol, que tiene riesgos 15 veces más altos que la marihuana”, asegura.

“Si lo dimensionamos correctamente nos daremos cuenta que el problema de la marihuana es infinitamente menor que el tabaquismo y el alcoholismo desde el punto de vista de salud. Yo no soy consumidor ni pienso serlo, y estoy en búsqueda del amparo por cuestiones ideológicas; la mía es una decisión personal a la que llegué porque el rumbo que está tomando el país me tiene muy preocupado; como científicos tenemos una responsabilidad social de participación.

A su vez, el doctor en neurociencias Luis Alonso Lemus Sandoval, del mismo instituto, considera importante que se apliquen nuevas estratégicas, “pues las que se han utilizado contra el narcotráfico son un desastre. Los seres humanos tenemos derecho a hacer lo que queramos con nuestro cuerpo; por lo tanto, si yo soy un adulto puedo decidir si consumir o no. En cuanto a la marihuana, evidentemente sí hay problemas de salud, sobre todo en niños y jóvenes, pero en los adultos no hay demostrado absolutamente nada; de hecho, es hasta una droga medicinal”, opina.

“Para mí nada debería de estar prohibido, la prohibición es la madre de todas las desgracias, debería ser un tema de educación y de información, no de imposición. Creo que es una mala estrategia el asunto de la prohibición. Ya somos 17 las personas que estamos siguiendo el camino de SMART con los mismos abogados y confío en que se logren los cuatro amparos que son necesarios para generar jurisprudencia”, agrega.

Lemus Sandoval ya pidió permiso ante la Cofepris para el consumo y producción de la yerba. En su caso, él no es consumidor ni piensa serlo, “he llegado a consumir, sí, pero no es algo que me llame la atención; en todo caso, no se ha demostrado que la marihuana cause adicción”, afirma.

“Esta es una batalla que tiene que ver con los derechos humanos y con todo aquello que uno puede decidir sobre su propio cuerpo, y esto no lo puede limitar el Estado. Debemos recibir, eso sí, educación y acceso a la información que sea útil y eficiente. La no prohibición va de la mano con la información, y es otro camino es el que hay que tomar”. concluye el académico.

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