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La marihuana se ubica como la primera droga ilegal consumida por las personas atendidas en los Centros de Integración Juvenil (CIJ) del país, y en el primer semestre de 2015 sumaron poco más de 18 mil pacientes a los que se les consideró como adictos.Las estadísticas que proporciona la institución detallan que de las diez drogas más consumidas por las personas que asisten a estos lugares en busca de rehabilitación la yerba es la droga ilegal que más utilizaron y la que los llevó a ser considerados como pacientes.
De las 137 mil personas atentidas, la mayoría jóvenes que asisten a los 98 CIJ del país, poco más de 18 mil personas informaron que la marihuana es lo que más consumían.
En el documento Tendencias de las principales drogas de mayor impacto reportadas por usuarios de drogas ilícitas en el año previo a la solicitud de tratamiento en CIJ se observa que del primer semestre de 2004 al mismo periodo de 2015 la preferencia por esa droga se disparó de 18% a 47% entre quienes acudieron a solicitar atención. Significa que la incidencia creció 29% en esos once años.
En el análisis público de la institución se detalla que en el segundo semestre de 2006 se reportó una disminución de consumo, al ubicarse en 14.1% y seis meses antes la incidencia era de 15.4%. A partir de ese momento no ha disminuido y, por el contrario, continuó de manera ascendente hasta alcanzar 47% en la preferencia de los pacientes de los CIJ.
En 2013, la marihuana se ubicó en el primer lugar como droga de inicio de 70.4% de los pacientes de los centros. El Distrito Federal se colocó como la entidad donde asisten la mayor cantidad de adictos a la marihuana con 4 mil 258, seguido del Estado de México, con 2 mil 206, en tanto que Jalisco se ubicó en la tercera posición con mil 436 pacientes. Tlaxcala es la entidad con el menor número de personas adictas en proceso de rehabilitación, con sólo 29 casos.
Iztapalapa, el foco
El CIJ ubicado en el oriente de la delegación Iztapalapa, en el Distrito Federal, es el lugar en el que se concentra el mayor número de pacientes adictos a la marihuana con 782, seguido por el centro ubicado en Tijuana, Baja California, con 542 personas que afirman ser consumidores de esta droga.
En tanto, la Unidad Hospitalaria Ixbalanque, ubicada en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, es el centro de rehabilitación con menos usuarios de marihuana con sólo dos casos reportados.
En un análisis presentado en 2013 por el CIJ de Iztapalapa Oriente se informó que la delegación Iztapalapa es la cuarta de mayor extensión territorial y población en la ciudad de México y tiene características muy particulares tanto en el ambiente físico como social que promueven y favorecen el consumo de drogas; entre esos factores está el de ser la más poblada, por lo que el nivel de hacinamiento sobrepasa el nacional, así como por ser un territorio donde la juventud predomina entre la población.
Según las estadísticas que presenta ese Centro, a partir de los 15 años y hasta los 20 años de edad se presenta en la juventud de Iztapalapa un aumento en la deserción escolar, asociada a un estilo de vida de desocupación que predispone a este sector de la población al riesgo de consumir diversos narcóticos.
El documento agrega que el nivel de escolarización va disminuyendo conforme aumenta el rango de edad a partir de los 20 años.
En una visita a ese centro ubicado cerca del metro Constitución de 1917, trabajadores confirmaron que el nivel de personas que asisten son en su mayoría por el consumo de marihuana, y donde predominan los casos de jóvenes que desean rehabilitarse.
Los trabajadores informaron que los trámites para ingresar a este centro son muy sencillos, puesto que basta con que la persona con problemas de adicción asista personalmente a una primera cita, sin costo alguno, donde sicólogos y médicos realizan una valoración de cada caso a fin de determinar las acciones que se harán para un mejor tratamiento, el cual en promedio dura tres meses. Además, a estas personas se les hace un estudio socioeconómico a fin de determinar el costo que pagarán por el tratamiento, que puede ir de 20 a 40 pesos o, en algunos casos, está exento de cualquier pago.
En caso de que el futuro paciente presente un cuadro grave de adicción, éste se canaliza a la Unidad Hospitalaria del CIJ de la delegación, ubicada a unos cuantos kilómetros del lugar.
Deserción escolar
Lucía asiste por información al CIJ Iztapalapa Oriente porque su hijo es adicto a la marihuana y presenta tendencia a realizar actos que han puesto en peligro la vida de toda la familia. Como madre de familia, afirma que hará todo lo posible porque su hijo cambie y deje esa droga.
“Mi hijo tiene 18 años, fuma marihuana y toma cerveza. No hace nada, parece como si nada la importara. Hace dos años dejó el (Colegio de) Bachilleres; apenas lo iba comenzando, pero de un día para otro abandonó los estudios. Dijo que él no servía para el estudio”, comenta la madre soltera, quien omite su apellido.
Cuando se le pregunta acerca del inicio de adicción de su hijo a la marihuana, responde que nunca se dio cuenta cuándo el joven comenzó a consumir el estupefaciente.
“Nunca me di cuenta; sí sabía que tomaba de vez en cuando, lo vi fumar, pero de repente comenzó a cambiar: faltaba a clases, estaba violento y ya no cuidaba (su aspecto). Después, mi hija mayor me dijo que le había encontrado marihuana y pues cuando le pregunté él me dijo que sí”, comenta.
De complexión delgada, la mujer, residente de la delegación Tlahuac, relata que el episodio más grave que recuerda de su hijo ocurrió hace unos meses cuando en una de las tantas peleas que sostienen en casa se enojó cuando ella se negó a darle dinero y recibió algunos golpes.
“Me pidió dinero y le pregunté para qué, me respondió que era para comida, yo no le creí y le seguí insistiendo hasta que me insultó, me dijo que prefería comprarle comida al gato y no a él. Se fue gritando al patio y escuché al animal, lo estaba ahorcando. Traté de quitárselo y entre que se lo quitaba y lo seguía ahorcando pues me aventó muy feo, y hasta un moretón se me hizo. Ni me pidió disculpas ni nada, al contrario, cuando peleamos me dice que un día me va a matar, a mí y a sus hermanas”, relata.
Lucia afirma que lo único que quiere es que su hijo deje las drogas y regrese a la escuela, que está muy joven para echar a perder su vida por consumir sustancias.
“Yo quiero lo mejor para él, espero que acepte venir aquí (al CIJ) y piense que hay cosas mejores que fumar marihuana todo el día. No se da cuenta que está desperdiciando su vida de manera tonta y que no le traerá ningún bien”.