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La educación de calidad es un derecho humano inalienable, cuyo acceso debe ser una posibilidad para todos, particularmente para los más vulnerables, afirmó el ómbudsman de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez.
Al firmar un convenio de colaboración entre la CNDH y la Universidad Anáhuac del Norte para la formación, capacitación, divulgación y superación académica en materia de derechos humanos, el ómbudsman aseguró que la educación en derechos humanos debe concretarse en cuatro ejes, es decir, disponibilidad, accesibilidad, adaptabilidad y aceptabilidad.
González Pérez dijo que el papel que juega la educación en la formación de una persona consciente de sus derechos es trascendental, ya que le permite desarrollar competencias y valores culturales y morales comunes, que le dan identidad y pertenencia. “Pueden armonizarse los intereses individuales y colectivos a favor de un comportamiento democrático basado en la participación responsable, comprometida y activa en la comunidad”.
Para el titular de la Comisión “hay que construir ciudadanía que combata la desigualdad y la injusticia... El comportamiento democrático implica reconocer al otro como igual y es justamente en este aspecto en el que hay que trabajar, puesto que ese enfoque se enfrenta constantemente con la competencia, el individualismo, la indiferencia e incluso la violencia y la impunidad ante ella”.
Explicó que la disponibilidad educativa debe entenderse como que el derecho a aprender es para toda la vida.