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natalia.gomez@eluniversal.com.mx
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) debe conservar su legado de estabilidad y reforzar el papel de la docencia, consideró Leopoldo Paasch Martínez, uno de los 16 aspirantes a la Rectoría, para quien la designación del próximo rector no es una carrera política o una campaña, sino la deliberación sobre la persona que le conviene a la Universidad.
Para el ex director de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, las debilidades de la institución surgen por su tamaño y complejidad, por lo que el mayor reto es equilibrar la excelencia en todos los niveles.
De ser electo por la Junta de Gobierno, ¿cuál es la diferencia que hará desde la Rectoría?
—Hay una lista de 16 candidatos y es interesante porque da una idea clara de la capacidad que tiene la universidad desde hace 70 años de gobernarse a sí misma. Hay un profesor de asignatura que envió sus papeles ante la Junta, eso quiere decir que esto no es una carrera política, no es una campaña, es una cuestión que culmina con la deliberación de la Junta de Gobierno sobre quién es el que más conviene en el momento que vive la UNAM para que asuma la Rectoría.
El momento histórico que vive la Universidad es muy interesante porque considero que el rectorado de José Narro ha sido muy significativo, porque ha transitado con estabilidad espléndida, lo que permite el desarrollo de la vida académica. Eso es un reto para el que sigue, conservar el legado de estabilidad y de convivencia sana bajo los valores universitarios.
Su proyecto es muy sucinto, ¿logró plasmar todo lo que quería de la Universidad que pretende?
—Yo di 10 ideas que creo que son muy importantes para transitar en un desarrollo académico correcto. El plan de trabajo de la Universidad debe ser con los lineamientos de planeación y eso hay que hacerlo con la comunidad y en el seno del Consejo Universitario. No me puse a escribir un tratado de la institución, sino una idea general de cuál debe ser el comportamiento del rector para salir adelante. La UNAM tiene todo para seguir adelante siempre y cuando uno fortalezca, conserve y acreciente sus valores. El papel aguanta todo; puedo hacer un enorme proyecto, y lo interesante es saber si soy capaz de llevarlo a cabo.
¿Cuál es el principal reto que la Universidad debe de atender?
—El educativo en el sentido de equilibrar la excelencia en todos los niveles. Tenemos posgrados calificados por Conacyt, pero debemos orientar 115 licenciaturas a la excelencia y un bachillerato correcto. Se debe lograr que los docentes de cada nivel se sientan como parte de la UNAM y tengan el incentivo suficiente para hacerlo.
¿Cuál será su prioridad?
—Creo que la docencia es la tarea más importante sin soslayar que la Universidad es la mayor aportante de la investigación en México y de patentes y de todo lo que significa generar conocimiento nuevo. Pero la docencia nos diferencia. Sí es cierto que muchos investigadores no pueden dar clase frente a grupo, pero pueden ser tutores. Tenemos que cerciorarnos que la calidad de preparación en el bachillerato sea homogénea.
¿Cree que lo va a llamar la Junta de Gobierno a entrevista?
—Sí, creo que sí.
¿Cuál es el papel que debe jugar la Universidad en México y en su sistema educativo nacional?
—La UNAM es la institución referente. Un ejemplo actual es que la reforma educativa pretende que los maestros tengan una carrera magisterial, y la UNAM eso lo logra desde hace 70 años. Aquí ingresamos a través de un concurso de oposición abierto, después los cerrados son los que determinan las pautas para la permanencia y promoción. Eso ocurrió desde hace siete décadas, cuando se promulgó la Ley Orgánica en 1945. ¿Qué otra institución tiene una oferta educativa de 115 carreras?, ¿en qué otra institución deben preocuparse por aprender y no por pagar? Pues ese es el legado a México. La gran responsabilidad es cuidarla. El rector es un coordinador de una comunidad compleja para que lleve a cabo sus actividades de una forma correcta y ese es un gran reto.