”Mi mamá fue operada de uno de sus ojos en este hospital hace un año, pero no quedó bien, le salió una membrana en el lente intraocular que le pusieron, y ahora está a punto de quedarse ciega, porque ya no ve en su otro ojo, lo perdió porque tiene diabetes”, relata María Esther Zavala.

“Los médicos no se ponen de acuerdo en el diagnóstico de mi mamá y se echan la pelotita unos a otros. Unos dicen que ahora es la córnea la que tiene dañada. La familia está valorando meter una queja ante la Comisión Nacional de Arbitraje Médico por negligencia médica”, explica la hermana, Sonia, al hablar sobre su experiencia en la atención que ha recibido su madre Eulalia, en el Hospital Regional Adolfo López Mateos, del ISSSTE.

“Lo único que nosotros buscamos es que nos den el expediente clínico de mi madre para llevarla a que le hagan otra valoración en el Instituto de la Ceguera en México, y ver cómo se va a manejar su caso”, coinciden las mujeres.

A un año de su operación han tenido que regresar muchas veces al hospital, “y cuando le mandan a realizar exámenes de laboratorio éstos tardan mucho porque hay demasiada gente”.

“Mi mamá hace un mes se puso mal, porque es diabética y venimos al servicio de Urgencias de este hospital. La atendieron, le dijeron que requería hospitalizarse, pero que no había camas, por lo que se tuvo que regresar a la casa”.

Lo bueno fue que la medicina le funcionó porque si no se hubiera tenido que quedar en una silla, porque no hay camas suficientes.

“Por eso, mi mamá ya no quiere venir, porque son muchas horas de espera para que la atiendan. Hay médicos y enfermeras muy atentas, pero también hay otros que no lo son con los pacientes, pero los más prepotentes en este hospital son los administrativos quienes son muy groseros con la gente.

“Si quieres te doy la cita en diciembre, y si no hasta el próximo año”, por lo general así te dicen, y uno pues acepta porque no te queda de otra, y no te quejas porque si no le va mal a tu familiar internado, explica la joven.

Otras quejas son como la de Manuel Cárdenas, quien espera ingresar a ver a su esposa, pero ante el reforzamiento en la seguridad del hospital no lo dejan pasar ni hay forma de avisar a su hija que ya está afuera. “Pero, voy a esperar porque son los nuevos reglamentos y tenemos que obedecer, no hay de otra”.

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