A tan sólo 365 días del festejo puntual de los 100 años de vida editorial de EL UNIVERSAL, el poder estar con ustedes esta mañana es motivo de una enorme felicidad y satisfacción para mí.

Señoras y señores miembros del Consejo de Administración; trabajadores de las áreas de Administración, Producción y Redacción; colaboradores, columnistas, editorialistas, articulistas y caricaturistas; compañeros jubilados. Amigos todos:

Compartimos el beneplácito de seguir trazando el camino de un periodismo libre y ético al servicio de la sociedad, esto gracias a la afortunada vinculación que representa el encuentro de la experiencia, representada aquí por todos los que comenzaron conmigo hace 46 años y la juventud, esa que hoy se ve reflejada en los rostros de las nuevas generaciones, que se incorporan a nuestra empresa con iniciativas que fortalecen nuestro trabajo con emoción, talento y la pasión, características de su edad.

Hoy celebramos con alegría el aniversario 99 de EL UNIVERSAL, en un momento importante para nuestro país, porque sociedad y gobierno, estamos obligados a proyectar a México como el país grande y poderoso que hemos construido.

Han sido muchas las etapas de la historia de nuestro país que a lo largo de un siglo han quedado plasmadas en las páginas de El Gran Diario de México.

En los 46 años que he tenido el privilegio de dirigir los destinos de nuestro diario, he podido observar que cada momento, tiene sus propios retos y que México como país valiente, ha sabido superar los riesgos propios de una nación compleja, y que identifica en cada crisis, un horizonte que al mismo tiempo, ofrece espacios de grandes oportunidades para quien desea encontrarlos.

En este contexto, nuestro papel como informadores es fundamental para poder construir un contrapeso, una observación crítica, un reflejo transparente de las realidades diferentes de un país tan diverso y grande como es el nuestro.

Para que así podamos influir de forma positiva en mejores decisiones de quienes tienen la responsabilidad de trazar un rumbo y que, además, con nuestro trabajo, se puedan tomar en cuenta las voces de una sociedad que observa atenta los resultados, los efectos obtenidos a través de la configuración de políticas públicas que de verdad beneficien, sobre todo, a las clases menos afortunadas.

Así lo comprendió el fundador de EL UNIVERSAL, Don Félix F. Palavicini, cuando el año de 1916 emprende la tarea de crear un diario moderno, no obstante la etapa que se vivía en el país. Y por eso es que me comprometí, junto con todos los colaboradores que han participado en la conformación de esta empresa, desde el 23 de octubre de 1969, a mantener vivo el compromiso de su fundador, con la sociedad mexicana.

Los logros que hemos alcanzado, son la mejor prueba de que hemos sorteado las situaciones más adversas, desde el haber evitado la quiebra de EL UNIVERSAL, para luego seguir en nuestra labor con gran voluntad y espíritu de equipo a pesar de devaluaciones, cambios políticos, movimientos sociales; siempre trabajando incansablemente para darle viabilidad a una empresa de comunicación que hoy, al transcurrir de casi diez décadas, es motivo de reconocimiento nacional e internacional.

Es por todo esto, que en esta oportunidad, rindo un sincero y merecido homenaje, a todos y cada uno de los que con su talento, pasión, lealtad y compromiso con el periodismo serio, libre y ético, han tenido el valor y la visión de acompañarme en esta ejemplar tarea.

Hoy, la historia le reconoce a EL UNIVERSAL que fuimos los primeros, en el sector del periodismo escrito en México, en entender y aplicar a tiempo el cambio de una industria que ofrecía amplias posibilidades de desarrollo con los avances de las tecnologías de la información.

Con enorme satisfacción puedo decir que seguiremos el paso de los avances tecnológicos, sin prisa, ni pérdida del rumbo.

Hoy, a casi un siglo de vida editorial, hemos hecho valer el lema que nos confirma como El Gran Diario de México.

Sin embargo, reconocemos que la vida sigue y no podemos, ni debemos sentirnos satisfechos. Nos esperan nuevos retos, más difíciles tal vez por las condiciones que está viviendo no sólo nuestro país, sino el mundo entero.

Por todo esto quiero reiterar una vez más que, en EL UNIVERSAL, hacemos un compromiso claro de no escatimar recursos para informar a nuestros lectores con la objetividad y dinamismo que demandan ya muchos de ellos, acostumbrados a las nuevas formas de encontrar la información, con instrumentos tecnológicos vinculados a la movilidad.

Tendencia vanguardista en el mundo, a través de teléfonos celulares inteligentes, tabletas, relojes digitales, esto sin olvidar, espacios de comunicación, como los blogs o las redes sociales, en donde EL UNIVERSAL, también ocupa el liderazgo de los espacios noticiosos en Iberoamérica.

Esta realidad nos obliga a ser más visionarios, más imaginativos, porque de otro modo no tendremos posibilidades de competir y seguir siendo el espacio informativo referente de México.

A mi generación de colaboradores nos correspondió el reto de dar un gran salto y romper grandes barreras para ganar espacios de libertad y respeto a la información, el encuentro con el cambio de los sistemas de impresión, la llegada de la computación personal a la vida cotidiana de los habitantes del mundo, por citar tan sólo algunos.

Hoy a las nuevas generaciones les toca el compromiso ineludible de incorporarse y afianzar esos avances, mantener los principios y valores fundamentales que han constituido a esta casa editorial de forma inquebrantable, y asegurar el paso a la innovación que camina a una velocidad vertiginosa.

Con satisfacción puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que los universales estamos preparados y dispuestos a superar con paso firme cualquier obstáculo que se presente, esto gracias a los sólidos cimientos que hemos podido construir.

Y así llegaremos al 2016, año en el que celebraremos nuestro centenario con el gusto de saber que llegamos a esta fecha, no sólo con 100 años del inicio de los trabajos de una empresa más, lo haremos con el profundo orgullo de sabernos como un medio de comunicación que aporta valores trascendentes a la conformación de un México moderno y que, en nuestra materia, hemos construido a partir de un periodismo innovador, valiente, libre y ético, espacios de construcción de ciudadanía de la que todos los mexicanos debemos sentirnos orgullosos, y pueden estar seguros que seguiremos por ese mismo camino.

Y es así que hemos marcado un plano de acciones puntuales que serán los trabajos que desarrollaremos en torno a los festejos de este siglo de vida, y que dieron inicio con el interesante Encuentro Internacional de Periodismo en el que voces expertas se dieron cita para reflexionar sobre el presente y el futuro de nuestra actividad profesional.

Y serán muchas las actividades que realizaremos en coordinación con el Comité de los Festejos y la Fundación Ealy Ortiz A.C., que nos permitirán llegar al 1º de octubre de 2016, conscientes de haber entregado a las páginas de la historia del periodismo un legado digno y la altura de cada evento y acción realizada con el sello de los 100 años.

Celebraremos trabajando como el primer día en el que viera la luz el diario decano de nuestra ciudad.

Esforzándonos como el primer día en el que, hace casi 46 años, me comprometí con una empresa, con sus trabajadores con una sociedad, con un país.

No somos ajenos a una circunstancia que vislumbra un próximo año complejo en el entorno mundial y en el seno de nuestro país; pero lo haremos con la convicción que siempre nos ha caracterizado como una empresa de comunicación que trabaja anotando, sin ninguna cortapisa, los hechos con profundo apego a la verdad.

Con opiniones de todas las corrientes ideológicas y comprometidas, con crítica seria, sin despegarnos de la realidad compleja que nos rodea, pero con el optimismo que permite ver el futuro, a partir una actitud siempre moderna y a la altura de un país tan grande como México.

Invito a todos los presentes en este aniversario, a que una vez más y a partir de este momento en el que inicia la cuenta regresiva que nos llevará a nuestro centenario, a que entreguemos el cien por ciento de nuestro talento, esfuerzo, corazón y profesionalismo, viendo al mundo a través de los ojos de las nuevas generaciones, pero modelándolo a partir del conocimiento de los que ya han vivido. Porque fue así que se construyó EL UNIVERSAL, apostando a la visión de futuro, pero siempre orientados por la experiencia.

Hoy celebramos a la luz y al juicio de la historia, un caso de éxito para México del cual, todos nosotros formamos parte. ¡Muchas Gracias!

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