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La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) debe crecer pero sin sacrificar la calidad, asegura Leonardo Lomelí, actual director de la Facultad de Economía, al manifiestar su interés por llegar a la Rectoría para el periodo 2015-2019, en sustitución de José Narro Robles.

A sólo unas horas de que la Junta de Gobierno emitiera su convocatoria, el economista en licenciatura, pero posgraduado en Historia, expresa a EL UNIVERSAL su interés por participar en el proceso. Recalca que su edad (45 años) le da una particularidad positiva a su aspiración.

¿Qué destaca del plan de trabajo que presentará ante la Junta de Gobierno de la Universidad?

—Propondré aumentar el nivel académico del bachillerato. Es un gran espacio de igualación, de nivelación de estudiantes que traen rezagos acumulados de la primaria y la secundaria, y que si somos exitosos en mejorar su desempeño académico, los que pasen a la licenciatura tendrán un mejor rendimiento escolar.

Muchas veces le dedicamos tiempo a la actualización de los planes de estudio y sí hay que actualizarlos periódicamente, pero perdemos de vista los componentes fundamentales como son la planta de profesores y los métodos de enseñanza. La planta debe actualizarse permanentemente y los métodos de enseñanza siguen siendo los tradicionales, perdemos de vista que las nuevas tecnologías nos dan muchas posibilidades.

¿A nivel de estudios de licenciatura qué va a proponer?

—Tenemos que lograr una mejor articulación entre la investigación y la docencia. Nuestra propia estructura como universidad se presta a que muchas facultades o escuelas de una misma área no interactuemos y menos con los institutos. Lo deseable es propiciar la interdisciplina entre las áreas del conocimiento, pero de manera obligada entre los que nos dedicamos a cosas similares que ya hemos ensayado en el posgrado.

Es importante revisar también la estrategia de internacionalización, la institución ha hecho un esfuerzo por abrir oficinas en ciertos países, pero es fundamental saber entre la comunidad universitaria con qué instituciones nos interesa tener relación de más largo plazo para formar a nuestros profesores e identificar programas de investigación conjunto. Otro tema importante en mi plan será la difusión, hacemos muchas cosas buenas, pero somos malos para difundirlas.

¿Debe crecer la matrícula estudiantil de la Universidad?

—Uno de los principales problemas que tenemos es una gran demanda que no estamos en condiciones de satisfacer, a pesar de que se ha hecho un esfuerzo significativo. No se puede atender toda la demanda de educación superior que enfrentamos. La expansión debe ser gradual y de manera ordenada. Esperamos que aumente el porcentaje de estudiantes en este nivel, pero no todos pueden ser absorbidos por la institución, debemos apoyar a las instituciones en los estados. Debemos evaluar hasta dónde y en qué ámbitos. Ninguna institución puede crecer de manera indefinida, se debe aumentar gradualmente y sin sacrificar la calidad.

¿La inseguridad es un problema para la Universidad?

—Es inevitable que la Universidad se vea afectada por el entorno de inseguridad por el que atraviesa el país, donde este tema en México se ha vuelto uno de los principales problemas que enfrentamos. Al ser un espacio abierto es mucho más fácil que ciertos grupos puedan funcionar con impunidad para llevar a cabo ciertas actividades que a todas luces están catalogadas como delitos, es el caso de la venta de drogas, los robos. A veces no es fácil combinar el tema de la autonomía, que muchas veces la entienden como extraterritorialidad con el justo reclamo de que se den garantías a la población y se persigan estos delitos. Se debe involucrar más a las comunidades y aumentar la vigilancia con cámaras de video, pero que se sepa que no es para espiar sino para prevenir conductas delictivas.

¿Cómo dar solución al tema de las tomas de los cubículos en escuelas y facultades, del auditorio Justo Sierra o Che Guevara, que son ocupados, además de estudiantes, por organizaciones externas?

En el ámbito estrictamente de los estudiantes que toman cubículos nos toca hacer un esfuerzo interno, de preferencia por la vía del diálogo; y cuando cometen faltas hay que sancionarlos dentro del marco de la legislación. Y aquellos grupos que no son universitarios requerimos del apoyo de las autoridades competentes. Creo que sólo en situaciones extremas se debe llegar a esta medida, pero en el caso de los cubículos es posible ejercer una presión desde la misma comunidad para liberarlos, porque es una forma de la privatización del espacio público.

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