EL UNIVERSAL, nuestra casa editorial, inició la celebración de su primer centenario de una forma tan exitosa como inusitada: con una fiesta de ideas. Fue un concierto de voces disímbolas, todas inteligentes, que acudieron a una convocatoria que llamó a la unidad en la pluralidad, con una agenda abierta y diversa, para asomarse al futuro del periodismo y al periodismo del futuro.
En el Centro Cultural Universitario de Tlatelolco, durante dos días, se habló —sin olvidar el pasado— de los retos que están por venir, de la necesidad que tenemos todos de un periodismo renovado como parte de una sociedad abierta, de cultura democrática irrenunciable. De un periodismo cada vez más sustentado en la investigación y en la tecnología, pero que no renuncie a la narrativa ni a la claridad, ni a indagar sobre asuntos que no parezcan noticia. Un periodismo ético, que se autorregule con rigor, con transparencia, para cumplir sin cortapisas con la delicada tarea de erguirse, efectivamente, como contrapeso del poder.
Ahí estuvieron, puntuales, quienes colaboran cotidianamente en otros medios impresos, nacionales e internacionales: Fernando Savater, Juan Villoro, Manuel Castells y Federico Reyes Heroles; Adriana Malvido, María Amparo Casar, Elena Poniatowska y Nélida Piñón. Pero también estuvieron algunas plumas de casa: Jacqueline Peschard, Rossana Fuentes Berain, Jorge Islas, Ignacio Solares, Héctor de Mauleón, Francisco Valdés Ugalde y Leonardo Curzio. El elenco se enriqueció con la participación de los directivos para México de Google, Yahoo y Prodigy MSN: Lino Cattaruzzi, Luis Arvizu y Daniel Bekerman. Sus formas innovadoras y su capacidad de comunicar resultaron un complemento formidable a las reflexiones y propuestas más experimentadas.
Las que siguen son algunas de las ideas que fueron y vinieron a lo largo de la fiesta, sobre todo por su naturaleza polémica, tanto en las presentaciones formales como en las discusiones informales, así como en los recesos y en las comidas. Fueron muchos los autores citados: desde Voltaire y Diderot, hasta Quevedo y Gracián, pero también Jefferson, Chesterton, Sartori, Popper y Umberto Eco. Tampoco faltaron los nuestros: Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Octavio Paz; Carlos Monsiváis , Rosario Castellanos y José Emilio Pacheco, entre otros. Todos los mencionados y muchos más, contribuyeron a formular las ideas, con frecuencia controvertidas, que dieron contenido excepcional a la fiesta. Agrupo arbitrariamente una selección de las mismas en cinco apartados, sólo para dejar registradas un puñado de las muchas que merecen compartirse.
Política
En una democracia todos somos políticos.
El periodismo es instrumento formador de ciudadanos.
Los periódicos son interlocutores entre sociedad y gobierno.
Es preferible tener periódicos sin gobierno que gobiernos sin periódicos.
Hay que exigirle a los medios como le exigimos a los políticos.
Antes a los periodistas incómodos los exiliaban, ahora los eliminan.
“Bienvenidos al lugar donde se ha perdido la esperanza” (no es la entrada al Infierno de Dante), sino un simple cruce de frontera mexicana.
Ética
El periodismo no puede basarse en mentiras, aunque algunas sean dignas de ser verdades.
No todas las opiniones son respetables; lo que son respetables son las personas.
El periodismo como la ciencia, tiene ante todo un compromiso con la verdad.
El periodismo debe ceñirse al farragoso trámite de la realidad.
Era digital
Lo bueno breve, dos veces bueno. ¡Viva el Twitter!
Mientras unos analizan el efecto de la pantalla, otros transmiten en multipantallas.
Un tercio de la población mundial está conectada a la red.
Un joven se conecta a través de un teléfono inteligente, en promedio, más de cien veces al día.
La mayoría de quienes ven televisión están usando simultáneamente su celular para alguna otra cosa.
Antes faltaba información, había que ir a buscarla; ahora hay que aprender a discriminarla.
El exceso de datos puede generar un corto circuito informativo.
Las redes sociales son idóneas para expresar indignación, para sancionar colectivamente.
Las redes han creado un caudal de ciudadanos periodistas, pero también de periodistas ciudadanos.
Lo más leído en internet son los artículos publicados por los principales periódicos y las opiniones que estos a su vez generan.
Antes la pregunta era cuánto tardabas en vender un millón de servicios; ahora la pregunta es cuantos millones de servicios vendes al día.
Cultura
Una buena nota periodística la puedes disfrutar por el adverbio o por el punto y coma.
Se necesita un periodismo que vuelva a apostar por los lectores.
El periodismo también es la posibilidad de lo disperso, así nació la Enciclopedia.
¿Dónde quedó la tradición lectora de los periodistas?
La cultura, a través del deseo, se vuelve carnal.
En el arte, lo que importan son los escrúpulos estéticos, no los escrúpulos morales.
Oficio
Noticia es algo que alguien quiere que no se sepa.
Si abres un buen periódico, terminas leyendo sobre asuntos interesantes que no estabas buscando.
La claridad es cortesía de filósofos, médicos y periodistas.
La realidad se conoce gracias a las opiniones contrarias que aparecen en los periódicos.
Los puntos de vista distintos no bastan; se requieren también variaciones de la realidad.
El escrito periodístico es el más conectado con la realidad pero también con la oralidad.
Hoy los periódicos tiene más lectores que nunca pero también menos recursos que nunca.
La figura maestra de la prensa es el reportero.
¿Han muerto los periódicos? ¡Viva el periodismo!
Presidente del Aspen Institute en México