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El periodismo mexicano construyó una gran tradición narrativa, porque sus fundadores fueron los hombres letrados del país que escribían para lectores cultos, pero a partir de los años 90 la narración se ha ido evaporando por la urgencia y la inmediatez, y porque se considera que la gente ya no quiere leer, sólo desea estar enterada, especialmente a través de la imagen, aseguró el periodista y escritor Héctor de Mauleón.
En la mesa El lenguaje y el nuevo periodismo del Encuentro Internacional de Periodismo que se realizó en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, con el que inicia la celebración del centenario de EL UNIVERSAL, De Mauleón compartió con el escritor Ignacio Solares.
“La gran vocación del periodismo, desde el siglo XIX, es su voluntad narrativa; los escritores que ennoblecen al periodismo son los autores que van contando la vida como si fuera una novela. Cuando uno leía la crónica de futbol parecía que leíamos La Ilíada, esos no eran jugadores, eran Homero y Aquiles enfrentando un reto mayor. Y Elena Poniatowska es ejemplo de esa tradición”, comentó.
El cronista añadió que página a página se creó esa tradición narrativa hasta que apareció “el periodismo texano”.
“Ya no teníamos que leer, ya no teníamos que estar enterados, periodismo fast food, entérese a golpe de ojo y ya no lea. Esto pasó en los años 90, cuando las cabezas empezaban con verbos. Esto fue aniquilando el gusto de narrar, el placer de contar, se murió el gran tesoro del periodismo mexicano. Eso se evaporó por la urgencia de tener unas cuantas líneas para contar algo, o por la idea de que la imagen se impuso sobre la palabra escrita. Las noticias se volvieron sólo un pie de página, bajo la idea de que la gente ya no quiere leer. Todo esto le hizo muchísimo daño al periodismo mexicano”, lamentó De Mauleón.
El periodista sostuvo que si bien la era digital ha implicado una nueva concepción del mundo, porque, por ejemplo, con las redes sociales hay una gran exhibición de la vida íntima, también ha propiciado que los jóvenes vuelvan a escribir.
“En el siglo XVIII la intimidad permite el desarrollo de la correspondencia, permite una aventura interior que desata el romanticismo, pero ese viaje se cancela en este mundo de pantallas en donde todo se trata de exhibirse, subimos nuestras fotos de nuestro viaje, de nuestro perro, se canceló la era de la intimidad. Terminó una era de la civilización y estamos entrando a otra muy incierta, la ventaja que veo es que el mundo de las tabletas permitió que la gente se comunique por escrito”, comentó De Mauleón.
Por ello, indicó que el periodismo mexicano es volver a contar historias, a la narrativa, a un periodismo que apueste por los lectores. El escritor Ignacio Solares expuso que frente a esta situación, en la que empezó a diluirse la narración en el periodismo, se le agrega la aparición de internet, en donde se pueden encontrar textos “llenos de basura”.
Indicó que el periodismo ha visto una transformación del lenguaje porque ahora se puede denunciar la corrupción que antes no era posible, ya que había una “profunda represión”, pero ha tendido hacia el amarillismo.
Solares recordó que a lo largo de los tiempos se ha pensado que un avance tecnológico desplazará al existente. Hoy, cuando estamos en contacto con tanta información, hay un cierto sentir de desesperanza.
“Estamos agobiados por todas las noticias que leemos de los gobiernos. Se está en el infierno porque se carece de esperanza. Ahora en estos tiempos el reto es buscar la esperanza”, dijo.