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La escritora Elena Poniatowska aseguró que “es importantísimo no maltratar al periodismo, ni considerar que lo hacen puros tarados o puros corruptos, o que se tenga la idea de que el periodismo lo hacen los grandes hombres de negocios para defender sus intereses en el periódico”.

Durante la mesa Periodismo y cultura que Poniatowska compartió con la escritora brasileña Nélida Piñón, que abrió el segundo y último día de actividades del Encuentro Internacional de Periodismo, que se realizó en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, en el marco de las celebraciones por el centenario de EL UNIVERSAL, la periodista habló sobre sus experiencias en este quehacer.

“El periodismo es una lección enorme de humildad porque los reporteros están siempre de pie, esperando que les den la noticia y siempre dicen que la dieron mal, pero ahora como existe la grabadora ya se puede demostrar que no se miente”, dijo.

Añadió que el periodismo “es un oficio de esperar, esperar y aguardar, pero también te da cosas inesperadas. Alguna vez leí una historia de una enfermera que tenía cinco maridos, así que escribí un cuento que se llamaba De noche vienes, que trata de una enfermera que dormía con uno el lunes, con otro el martes y así sucesivamente, y el domingo se iba con su papá a misa; es un personaje que creo que leí en un periódico.

“A mí el periodismo me ha dado todo lo que soy, me ha dado mi país. Yo era una niñita francesa que llegó con una mamá mexicana y una tía mexicana, Pita Amor, que me decía: ‘No te compares con tu tía alada, tu tía de fuego, yo soy la dueña de la tinta americana, y tú eres una pinche periodista’”.

Durante el diálogo, Poniatowska recordó a algunas de las figuras del periodismo cultural como José Emilio Pacheco, Rosario Castellanos y Carlos Monsiváis, para ejemplificar cómo desde el ámbito cultural se ha fomentado desde la lectura de la poesía hasta programas de desarrollo social; y agradeció la oportunidad de estar frente a los jóvenes que serán los periodistas y los escritores del futuro.

También rememoró las palabras de Monsiváis durante los días difíciles que sucedieron tras el terremoto que cimbró a la ciudad de México.

“No puedo ni pensar en lo que haría Monsiváis ahora al ver la desaparición de los 43 muchachos normalistas en Ayotzinapa, pero puedo imaginar su dolor y su indignación ante la mentira, la corrupción y la total ineptitud de un gobierno”, expresó la escritora, quien fue ovacionada por los asistentes.

“Cada noticia es una familia”. Por su parte, la escritora brasileña Nélida Piñón dijo que la prensa hoy está casi burocratizada, dejó la pasión y el sentido del drama que está en la naturaleza humana, pero el periodismo habla de la vida. “La vida proviene del caos y el caos tiene una riqueza extraordinaria. A mí me gustan los periódicos porque cuentan historias. ¿Quiénes somos? La respuesta está dentro de los periódicos; cada noticia es una familia”, expuso Piñón.

La periodista Adriana Malvido, moderadora del diálogo, sostuvo que el alma de los periódicos son los reporteros. “Son la materia prima de los periódicos y, con frecuencia, es una figura que se pasa por alto o no se valora en su justa dimensión”, refirió.

Y recordó que en el libro Aprendiz de Homero, Nélida Piñón escribió un texto titulado “Arquímides, el buen reportero”, un personaje que en la vida real influenció a la autora a convertirse en escritora.

Al respecto, la autora de Corazón andariego comentó que la figura que más le emociona del periodismo es, en efecto, el reportero porque “es como un detective, siempre está parado, come comida fría, es una figura que nadie conoce, que no tiene tanto prestigio en la prensa ni en donde trabaja, son seres solitarios; conocí a uno, a través de mi padre y me pareció fascinante”, relató.

“A mí me hubiera encantado ser una reportera, entender mejor el mundo de los periódicos. Yo tenía una formación literaria muy rara, pensaba que las letras no me iban a dar todo lo que buscaba, pero el periodismo sí porque tiene un lenguaje más conectado con la oralidad”.

La escritora compartió con los asistentes que cuando despierta por la mañana el “primer aliento es el café y el periódico, porque los periódicos legitiman la vida. El periódico me ha hecho entender a mi país, lo que pasa en el mundo y en mis alrededores. Además tiene una gran capacidad para crear grandes mitos”, expresó.

Narró cómo la prensa brasileña convirtió en mito a un delincuente que enfrentaba a los policías. “Se volvió un ser heroico y nos dijo que había otra dimensión de la humanidad”.

Piñón definió a la cultura como “la corona de espinas que adorna a los santos y pecadores”.

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