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Silvia Elena Giorguli Saucedo, la próxima presidenta de El Colegio de México (Colmex) para el periodo 2015-2020, augura que la institución que dirigirá será un referente para el impulso de políticas públicas, en retos que por años han existido en México, como lo es la pobreza y la desigualdad, pero también en aquellos emergentes como el medio ambiente, la migración y la violencia.

El pasado viernes fue electa por la Junta de Gobierno del Colmex como la primera mujer al frente de la presidencia. Se sorprende por la decisión, pero se reconoce con la capacidad de dirigir y mantener un liderazgo dentro del sistema educativo nacional, en la discusión de políticas educativas y científicas, desde las Ciencias Sociales y las Humanidades.

Se dice dispuesta a establecer un trabajo conjunto con el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, y confía en que la propuesta del nuevo titular de la SEP —de trabajar con las cinco regiones educativas del país— atienda el problema de la desigualdad.

Respecto a la incidencia en políticas públicas, como la violencia y la migración, señala que a partir de los grandes diagnósticos que ya tiene El Colegio de México sobre los problemas del país se realizarán presentaciones integrales, por ejemplo, de temas de violencia y migración.

“Me toca ahora actuar como presidenta de El Colegio; es un momento de encontrar balances. Mantener fortalezas en donde siempre hemos trabajado y al mismo tiempo mantener un diálogo y ser referente en la parte de humanidades, desde una perspectiva autónoma y propositiva sobre los temas vinculados a la realidad nacional”, indica la demógrafa, quien asumirá su cargo el próximo 21 de septiembre.

La doctorada en sociología por Brown University, quien asume la presidencia a sus 45 años, rechaza por completo la crítica que ha surgido al interior de la institución en el sentido de que el Colmex dejó de tener incidencia en la hechura de políticas públicas.

“En México afortunadamente ha habido un proceso de formación, crecimiento y consolidación de muchas instituciones de educación superior, que las que había cuando El Colegio de México se creó. Es muy bueno que haya varios interlocutores y centros que hacen investigación. Tenemos que mantener un diálogo continuo y activo entre nosotros”, detalla.

Define las fortalezas de El Colegio a corto plazo. “Somos una institución con base sólida de investigación, con una gran red a través de los egresados que hemos formado y creo que el hecho de ser una institución pequeña, pero diversa en las disciplinas, tendría que darnos ventaja para presentar propuestas de ciertos temas”.

Asegura que el Colmex ha jugado un papel importante en temas de pobreza, desigualdad, retos para el desarrollo de México, medio ambiente y violencia, en los que se han mantenido como “un interlocutor con los hacedores de política pública”.

Es por ello que propondrá integrar el trabajo de las diferentes áreas del Colmex para generar mayor visibilidad del diálogo académico que pueda salir de esas diferentes áreas, y así generar propuestas y dialogar con los tomadores de decisiones.

La estrategia es realizar un trabajo colegiado con los siete centros de la institución para definir en los temas que no se ha incursionado y cómo posicionarse sobre ellos.

Comenta que en el tema migratorio El Colegio ha identificado las tendencias y el proceso de cambio de este fenómeno entre México-Estados Unidos, pero reconoce que hay circunstancias de los flujos fronterizos que abren temas para los que no se está preparado. Ahí es justo donde la academia, con el sello del Colmex, debe incidir.

Como ejemplo, en la Ley de Migración, el programa especial para la frontera sur, el retorno de migrantes desde Estados Unidos, generan espacios donde, a su consideración, hay mucho trabajo por hacer, desde el diagnóstico mismo del problema.

Al ser interrogada sobre qué cree que vieron los siete miembros de la Junta de Gobierno que optaron por su perfil para encabezar la institución, señala que los aspirantes partieron de una propuesta con elementos distintos, pero con una idea común sobre los retos de El Colegio hacia el futuro.

“La diferencia era la forma de trabajo para definir la agenda institucional en los diferentes temas dentro de la agenda social”, indica.

Giorguli Saucedo refiere que el proceso de elección no generó polarización de la comunidad, ya que fue con una amplia participación, transparente y con un diálogo sobre los programas de trabajo de cada candidato a la presidencia.

“Siempre hubo un grado de incertidumbre sobre quien se nosotros sería seleccionado y eso habla bien del proceso”, explica.

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