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politica@eluniversal.com.mx
En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2015, esta vez bajo el lema internacional “Amamantar y Trabajar. Logremos que sea posible”, EL UNIVERSAL tuvo acceso al lactario del hospital General Tacuba, donde Alma Astudillo —una enfermera, madre primeriza que trabaja y amamanta a la vez desde hace aproximadamente dos meses— habla de su experiencia.
Esta campaña tiene la intención de informar y ayudar a las mujeres y a la sociedad para que los bebés puedan continuar siendo amamantados cuando la madre regresa al trabajo.
México ocupa el último lugar de lactancia materna en Latinoamérica. Cada año nacen en el país aproximadamente 2 millones 400 mil niños, pero sólo uno de cada siete son amamantados recibiendo los beneficios de la leche materna, exclusiva durante sus primeros seis meses de vida; esto significa que en nuestro país el promedio de lactancia materna durante los primeros seis meses de vida del bebé es de 14.4%; la cifra disminuye cuando las madres laboran, toda vez que una entre 10 mamás dan pecho a sus hijos.
“Hoy sé que es fundamental que los bebés se acerquen al pecho de la madre y hagan contacto con el seno y la leche materna durante la primera hora de vida. Mi bebé nació a las ocho de la noche por cesárea, y una hora después lo tenía conmigo para comenzarlo a amamantar”, relata Alma.
Explica que “jamás le he dado fórmula. Desde que me incorporé al trabajo traigo mis vasos estériles, me lavo las manos, me siento en el sillón-reposet, me extraigo la leche y la conservo en el refrigerador hasta mi hora de salida, que es a las dos de la tarde; posteriormente, la coloco en un termo para que llegue a buena temperatura a mi casa y la vuelvo a almacenar en el refrigerador”.
Alma reconoce su preocupación porque no sabía cómo solucionaría la extracción de su leche en el hospital donde labora como enfermera, “desde el principio tenía bastante leche; no sabía cómo iba a hacerle para que mi hijo no dejara de comer, y además estar con la leche dentro de uno causa dolor y en ocasiones fiebre, por lo que es indispensable extraerla.
“Desde que llegué del parto me informaron del lactario y he venido dos veces al día, esto ha estimulado mi producción de leche. Hoy somos muchas las madres que trabajamos y aquí, en el lactario del Hospital General de Tacuba, tenemos la oportunidad de extraernos la leche sin sacrificar nuestro trabajo. Es importante que el lactante únicamente reciba leche materna, sin ningún otro alimento o bebida, ni siquiera agua; es básico que la lactancia se haga a demanda, es decir, con la frecuencia que el bebé quiera tanto de día como de noche; es fundamental que no se utilicen biberones, ni chupetes”, explica Alma.
Atenciones especiales. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomienda 18 semanas de licencia de maternidad pagada, en México las madres lactantes cuentan únicamente con 12 semanas.
Para la Alliance for Breastfeedig Action (WABA) es importante discutir cómo lograr que todas las madres, tanto del sector formal como informal, puedan combinar adecuadamente el trabajo con la lactancia.
Para ello, sería necesario flexibilizar la jornada laboral y trabajo a distancia; asegurar suficientes espacios de cuidado infantil; contar con facilidades de trasportación; y espacios para la extracción y almacenamiento de leche materna en los lugares de trabajo.
De acuerdo con Claudia Teresa Álvarez Bravo, coordinadora de los Servicios de Pediatría del Hospital General Tacuba del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), en México los prejuicios y mitos son los principales obstáculos para la lactancia materna.
Además, es cada vez mayor el número de madres mexicanas que laboran y no siempre cuentan con circunstancias favorables para que puedan lactar. “Terminan por extraerse la leche materna en el baño de las empresas, lo cual es totalmente insalubre, y no cuentan con espacios para preservar la leche extraída. De ahí la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, (OMS) para contar con lactarios en sus lugares de trabajo, con una sala exclusiva para extraerse la leche materna y un refrigerador para almacenarla”.