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En lo que va de la actual administración —y en general en las dos últimas décadas— hay avances y retos en la atención a la pobreza: el Estado ha crecido en coberturas básicas, pero por otro lado, el ingreso de las familias no ha cambiado en los últimos 30 años, expuso el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Gonzalo Hernández Licona.

Al comparecer en reunión ordinaria de la Segunda Comisión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, dijo que para abatir la pobreza se requiere de mayor actividad económica que pueda ser reforzada con las reformas estructurales.

Coincidió con la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Rosario Robles Berlanga, quien dijo en entrevista con EL UNIVERSAL que atender la pobreza debe ser un esfuerzo interinstitucional.

“Reducir la pobreza, por un tema multidimensional y de muchos años, es tema de varios actores y, de hecho, de varias secretarías (...) El análisis sugiere que focalizar apoyos coordinados de varias dependencias y órdenes de gobierno hacia hogares precisos en situación de pobreza extrema de alimentación tiene resultados positivos, cuando la focalización como la coordinación es adecuada”, enfatizó Hernández Licona.

Insistió en que la propia Cruzada Nacional contra el Hambre es parte de esas estrategias focalizadas, dirigidas a un subconjunto de la población en pobreza extrema. “Y cuando la estrategia focalizada adecuadamente se coordina muy bien entre las instancias federales y los gobiernos locales, puede haber importantes resultados positivos y reducción de carencias”.

Ante legisladores que integran comisiones como Relaciones Exteriores, Defensa Nacional y Educación, reconoció los resultados que se han tenido en la Cruzada Nacional contra el Hambre y las reducciones que se han dado por parte de la actual administración en carencias sociales, como en seguridad social, salud y servicios básicos.

“La política social ha concentrado sus esfuerzos en la reducción de carencias sociales en la población en pobreza extrema, desde 1996. Las acciones de la Cruzada han focalizado apoyos a hogares al interior de la pobreza extrema y han logrado reducir las carencias sociales de esa población. Sin embargo, se deben encontrar estrategias para lograr la reducción de la pobreza más amplia que involucra a 55 millones de personas.

“Sin duda, esas estrategias tienen que ver con esquemas que mejoren la actividad económica del país en su conjunto: reformas estructurales, estrategias que mejoren los salarios reales, la productividad, la inversión, la estabilidad de los precios para generar un incremento sostenido del poder adquisitivo”, planteó.

Hernández Licona destacó que “el Estado mexicano ha hecho esfuerzos de política pública importantes para reducir especialmente la pobreza extrema del país, a partir de estrategias focalizadas que han reducido carencias y han aumentado el ingreso por la vía de transferencias”.

Consideró que para reducir la pobreza tienen que ir de la mano las políticas social y económica. Al insistir en el avance que se ha tenido en coberturas en los dos primeros años de la presente administración, señaló que es muy difícil pensar en reducir la pobreza sistemáticamente a largo plazo, cuando se tienen pocos avances del ingresos en los últimos 25 o 30 años.

jram

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