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La Confraternidad Nacional de Iglesias Evangélicas (Confraternice) calificó como una “infamia” la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en la que las parejas del mismo sexo podrán adoptar en Campeche, ya que no se pondera el interés superior de los menores, por lo que recabará firmas para presentar una iniciativa ciudadana en la que se establezca el derecho de los niños, en situación de adopción, de recibir una educación con una figura materna y paterna.
El presidente nacional de Confraternice, Arturo Farela, consideró que con la resolución del máximo tribunal se “metió reversa a los derechos de los menores”, porque se está poniendo la posibilidad de las parejas del mismo sexo a adoptar, por encima del derecho de los menores a tener una familia heterosexual.
“Ahora, la Suprema Corte del país metió reversa a los derechos de los menores, decidió que el derecho de las parejas homosexuales a adoptar es superior al derecho de los menores”, expresó el presidente de la organización que reúne a más de 800 asociaciones religiosas de México.
Añadió que lo resuelto por la Corte “va contra la infancia del país en situación de adopción”, pues los menores en esta condición han perdido el derecho a recibir una formación a través de su madre y padre.
Asimismo, advirtió que de ser adoptados los menores por parejas del mismo sexo, serán vulnerables a discriminación y violencia, lo que dejará a los niños en “completo estado de indefensión al no darles la protección necesaria, ponderando el interés superior de los pequeños, como lo dicen las leyes mexicanas y los tratados internacionales que México suscribió”.
“Lo anterior se agrava, pues el niño adoptado estará en una situación vulnerable al acoso escolar o bullying. El menor, en las condiciones actuales de la sociedad mexicana, está siendo expuesto a riesgos de violencia y discriminación”, reiteró.
El 22 de septiembre entregará 110 mil firmas para promover la iniciativa de ley que estipule el derecho de los menores en situación de adopción a recibir educación familiar con una figura paterna y una materna.
“Los argumentos que damos son estrictamente jurídicos no teológicos, no son bíblicos. Nosotros no estamos inmiscuyendo lo espiritual y la moral con la laicidad del Estado”, señaló.
