pierre.rene@eluniversal.com.mx
Los académicos José Sarukhán Kermez, Juliana González y Jean Meyer fueron designados por la Academia Mexicana de la Lengua (AML) como miembros honorarios; su labor ahora será cuidar el idioma español desde sus áreas de conocimiento.
Por unanimidad, la academia eligió como miembros honorarios a los tres destacados académicos por sus aportaciones a la investigación científica, filosófica, lingüística e histórica.
La entrega de esta distinción y reconocimiento se realizó en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. En una ceremonia solemne encabezada por Jaime Labastida, director de la academia.
Sarukhán Kermez es reconocido como uno de los ecólogos latinoamericanos con mayor trayectoria académica, que se ha distinguido por ampliar los terrenos de la investigación científica y del lenguaje. Sus áreas de investigación han sido la demografía y ecología de poblaciones de plantas; la demografía comparativa de árboles; los ciclos biogeoquímicos en selvas tropicales; la biodiversidad de México, y los problemas ambientales globales y de desarrollo sustentable, así como la educación superior y su relación con el desarrollo científico.
El biólogo y apasionado de los temas ambientales y de la biodiversidad, José Sarukhán, se mostró particularmente emocionado por el reconocimiento.
“Me siento muy orgulloso por la pertenencia a esta academia y la compañía con la que ingreso a ella; agradezco profundamente a la membresía de este cuerpo colegiado su generosidad por haberme invitado a propuesta del director”, expresó con una voz entrecortada por la emoción al terminar su discurso, en el que destacó el papel que el lenguaje debe jugar en la difusión del conocimiento a la sociedad.
Señaló que “el enriquecimiento conceptual y cultural de una sociedad depende en gran medida de la comunicación de ese conocimiento al alcance de todos”. Explicó que en el campo de la ciencia, la comunidad académica mexicana ha hecho un esfuerzo “poco común en el mundo”, al publicar desde 1986 una serie de libros originales sobre la difusión de la ciencia en español.
En su discurso, el historiador y geógrafo Jean Meyer, de origen francés y naturalizado mexicano, retomó el tema del nacionalismo y el universalismo, la idea de nación y su posición frente a lo universal.
“La emoción nacional es fuerte y México es un país de emoción nacional fuerte. México es la nación más fuertemente formada hoy en día en todas las américas. Ningún país latinoamericano, ni Estados Unidos ni Canadá tienen eso”, dijo el investigador especializado en la Guerra Cristera y la Revolución Mexicana.
En su oportunidad, Juliana González Valenzuela, doctora en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y profesora emérita de la Facultad de Filosofía y Letras de la misma institución, además de integrante emérita del Sistema Nacional de Investigadores, consideró al lenguaje una celebración de vida, distintivo además de la grandeza humana.
Para la también docente del Institut International de Philosophie (París, Francia) “la cuestión del lenguaje tiene notable presencia en varias creaciones de la filosofía europea o continental”, y definió, por tanto, que “la palabra no fue posterior al hecho, sino la creadora del hecho. Ello habla de la consciencia del poder inconmensurable de la palabra”, añadió.
Al darles la bienvenida, Jaime Labastida, director de la academia, afirmó que la filósofa, el historiador y el biólogo corresponden a la visión amplia, plural y multidisplinaria de la AML. Dijo que la institución tiene 36 integrantes y sólo cinco son miembros honorarios.
Sobre Juliana González, Labastida comentó que se trata de una filósofa que ha incrustado su pensamiento en la vida moderna: “Por eso asume que la teoría de la evolución es trascendental para la ética contemporánea”.
El director de la academia afirmó que con sus libros, Jean Meyer rompió un paradigma y “nos obligó a valorar los aspectos ocultos, malditos de la Revolución Mexicana, considerada casi un monolito de mármol, una masa sólida de bronce”.
Mientras que al ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México Jose Sarukhán Kermez, el director de la academia lo calificó como el “hombre de ciencia moderno, riguroso y honesto”, un amante de la fauna y la flor, con lo que ha impulsado la creación de instituciones para salvaguardar el patrimonio nacional.