Víctor decidió estudiar sicología para después especializarse en onco-sicología, pues le parece fundamental que los pacientes con cáncer tengan el apoyo sicológico indispensable para enfrentar este tipo de padecimientos. En su caso tardaron mucho en llegar a un diagnóstico certero.

“Cuando fui detectado con cáncer de ojo, verdaderamente se presentó una debacle en la familia; yo comencé a ser la oveja enferma, aún cuando el cáncer ya estaba superado. Me llevó muchos años que dejaran de verme como el niño enfermo, sino como un superviviente”, dice. Hoy es un recién egresado de la Licenciatura en Sicología. “En mi caso el cáncer me quitó un ojo y la oportunidad de disfrutar mi niñez, pero me dio la oportunidad de hoy cosechar cosas mucho más grandes de las que pensé podría”.

Víctor ubicó las pérdidas, salió del papel de víctima y descubrió las habilidades que a partir del cáncer empezó a desarrollar.

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