Y llegó el día, entró en vigor la nueva Ley de Vida Silvestre. Ningún circo en México podrá usar animales. Peeeero... la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente dejó claro: “Los propietarios pueden conservar animales sin presentarlos en espectáculos públicos, pueden estar en exhibición”.

Dicen que hasta los que apoyaron la iniciativa de prohibir su inclusión en el circo están un poco arrepentidos, porque ya se vio que no existe capacidad ni características adecuadas para recibir en los zoológicos a los animales desempleados, y resulta que si no los venden se quedan en el circo, pero sin función y quién sabe en qué condiciones, sólo para ser exhibidos.

El cambio legislativo ni les resolvió la vida ni les garantiza su preservación. Lo único nuevo: el nacimiento de los zoológicos ambulantes. Circo al fin.

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