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En lo que va del actual sexenio 18 sacerdotes han sido asesinados, de los cuales tres se han registrado en 2017; por noveno año consecutivo México es considerado el país más peligroso para ejercer el sacerdocio, según el Centro Católico Multimedial (CCM).
En su reporte sobre las agresiones contra integrantes de la Iglesia católica, el organismo señala que durante los últimos 26 años se han registrado 66 atentados contra miembros de la congregación, de los cuales 60 son crímenes arteros, dos corresponden a sacerdotes que están desaparecidos y dos a secuestros frustrados; la lista la encabeza un cardenal, 44 sacerdotes, un diácono, cuatro religiosos, nueve laicos y una periodista católica.
El porcentaje de atentado, más usual, corresponde a extorsión, secuestro, tortura y asesinato, 44%; robo a parroquia, 35%; agresión en calle, 15%; y causa desconocida, 6%; según el análisis, Guerrero, la Ciudad de México, Veracruz y Michoacán son las entidades más peligrosas para ejercer el ministerio sacerdotal.
Con la muerte del padre Luis López Villa, ocurrido el pasado 5 de julio, quien fue asesinado por unos delincuentes que se metieron a la parroquia de San Isidro Labrador, ubicada en el municipio mexiquense de Los Reyes la Paz, la cifra de sacerdotes asesinados en la actual administración aumentó a 18, con lo que superó a 17 casos que se presentaron durante el gobierno de Felipe Calderón.
Omar Sotelo, director del CCM, dijo a EL UNIVERSAL que 2017 es considerado el año “más negro” para el sacerdocio mexicano al registrarse tres asesinatos contra ministros de culto, además de hechos “inéditos” como la agresión de Miguel Ángel Machorro Alcalá, quien fue apuñalado en la Catedral Metropolitana mientras oficiaba misa; así como la explosión de un artefacto en la puerta principal del edificio de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), registrado la madrugada de este martes.
“Hay un incremento de la violencia contra el clero mexicano eso es indudable, lamentablemente vemos que este sexenio es de los más negros para el sacerdocio mexicano y sigue habiendo extorsiones, amenazas, esperamos no crezcan, ya lo habíamos mencionado en años pasados en los informes que hemos presentado que podrían pasar eventos catastróficos y están pasando”, expresó.
Destacó que es “precipitado” establecer una relación entre la explosión en el Episcopado Mexicano y la cadena de atentados contra sacerdotes que se han presentado a lo largo del sexenio.