La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condena el asesinato de Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez en Tamaulipas, México ocurrido el pasado 10 de mayo de este año.
“Estamos absolutamente consternados”, dijo la comisionada Esmeralda Arosemena de Troitiño, relatora para México, tras el ataque en el que murió Rodríguez Martínez el pasado 10 de Mayo, después de que un grupo armado irrumpiera en su casa.
“El hecho de que tantas instancias estatales hayan tenido conocimiento de la situación especial de riesgo que corría Miriam Rodríguez, y que aún así haya sido asesinada en su domicilio, nos causa profunda preocupación. Que este hecho haya ocurrido el Día de la Madre tiene además un carácter simbólico absolutamente perturbador. Urgimos al Estado mexicano a investigar con debida diligencia este asesinato y a asegurar que se haga justicia. Este asesinato no puede ni debe quedar en la impunidad”, agregó la relatora.
La CIDH expresa su consternación por los hechos ocurridos en las semanas anteriores a este crimen, ya que Miriam Elizabeth solicitó medidas de protección a varias instancias en Tamaulipas, luego de que dos reos culpados del secuestro de su hija se fugaran del penal de Ciudad Victoria en en abril.
Ante esta alerta, la Comisión Estatal de Derechos Humanos local solicitó a la Procuraduría General de Justicia y a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado proteger a la activista, quien fue resguardada por tres patrullajes al día en las inmediaciones de su domicilio.
“No obstante, la defensora de derechos humanos denunció que el agente de seguridad que debía protegerla no atendía a sus llamadas de emergencia. Adicionalmente, denunció que no estaba siendo atendida por funcionarios públicos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, instancia a la que también pidió medidas de protección”, refiere la CIDH en un comunicado.
Este crimen se da en un contexto de violencia contra las mujeres en México, el cual la Comisión Interamericana registró en su informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en México.
Adicionalmente, tanto en México como en la región, las defensoras de derechos humanos son víctimas de asesinatos y otros hechos de violencia y hostigamiento, estando ellas en una especial situación de vulnerabilidad debido a su género y a su actividad como defensoras.
La Comisión urge al Estado mexicano a que se adopten las medidas que sean necesarias para que el sistema de protección a defensoras y defensores de derechos humanos responda a los principios de eficacia y debida coordinación.
La CIDH recuerda que para que las medidas de protección sean adecuadas, deben ser idóneas para proteger la situación de riesgo en que se encuentra la persona defensora y, para ser efectivas, deben producir los resultados esperados de manera que cese el riesgo para la persona que se protege. El Estado debe tener en cuenta una perspectiva de género para brindar efectivamente una protección integral a las defensoras de derechos humanos.
“Es deber del Estado de México garantizar que se adopten medidas de protección adecuadas a los factores de riesgo específicos que enfrentan las defensoras de derechos humanos en el país”, indicó la comisionada Esmeralda Arosemena de Troitiño.
Tras la desaparición de su hija Karen Alejandra Salinas Rodríguez en el año 2012, Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez comenzó su búsqueda y la investigación de su paradero con sus propios medios, impulsó el Colectivo de Personas Desaparecidas de San Fernando, y desarrollaba tareas como defensora de derechos humanos.
Dos años después, encontró los restos de su hija en una fosa clandestina en San Fernando.
Tras ubicarlos, Miriam Rodríguez procedió a entregar a las autoridades la información para la captura de los responsables y continuó participando activamente en las movilizaciones de familiares de desaparecidos, colaborando con diversos colectivos de búsqueda, en especial en organizaciones integradas principalmente por familiares de víctimas de desaparición.
Miriam Rodríguez también impulsó la creación del Colectivo de Personas Desaparecidas de San Fernando en Tamaulipas, del cual ejercía como coordinadora. En virtud de estas actividades, en los últimos años se había convertido en un emblema de reclamo de justicia y visibilización de la lucha que llevan a cabo las madres y familiares de personas desaparecidas en México.
ahc