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Pablo González cumplirá 60 años. Nació en Nuevo Laredo, es tamaulipeco. Construyó una vida como mexicano a partir de su trabajo cotidiano en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)... hoy apoya el muro que quiere construir el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Es taxista. A una calle del Puente Internacional de Laredo, en la mera frontera México-Estados Unidos, espera sentado en un banco plegable en la Plaza de San Agustín. Aguarda a la gente que viene de México para adentrarla en territorio estadounidense.
Don Pablo ha llevado a paisanos hasta San Antonio y Houston, siempre y cuando tengan sus papeles migratorios en regla. Tiene sus motivos para apoyar la construcción del muro. Hace 12 años, justifica, se fue de Nuevo Laredo huyendo de la violencia.
En sus palabras refleja algo de rencor. La violencia le arrebató su tierra y su vida en México, y no quiere que lo persiga a Estados Unidos. “En 2007 la guerra contra el narco y entre los delincuentes era purísima, desde este lado de la frontera se escuchaban los balazos y se veían las bombas explotar.
“Las bandas comenzaron a pelearse la plaza y empiezan a bajar a la gente de los carros; a mi esposa la bajaron con todo y mis hijos, en un parque, le agarraron la troca y fueron y la estrellaron contra sus rivales. Fue cuando decidimos venirnos para acá, legalmente a residir a esta ciudad”, relata.
Advierte que después de las 8:00 de la noche no se puede andar por las calles de Nuevo Laredo. “Antes de migrar para Laredo, Nuevo Laredo era una ciudad tranquila, muchos bares y discotecas, cualquier ciudadano estadounidense podía estar en la calle a altas horas, pero ya no”.
Sostiene que Donald Trump “piensa como cualquier vecino. Si usted tiene su casa y ve que el vecino se mete en su hogar, pues levanta una barda, pone cámaras para que ya no pase, es delimitar tu propiedad. Quiere poner una barda que limite a su vecino haciéndole saber que hasta ahí va a llegar su violencia y no va cruzar hasta acá.
“El señor lo hace para detener la violencia, al narcotráfico, los migrantes van a brincar o van a pasar por debajo, van a batallar más, pero van a seguir pasando, lo que importa, al menos para mí, es que ya no pase la violencia”, dice, y luego sostiene que la construcción del muro costará mucho dinero a quienes pagan impuestos en Estados Unidos.
“Yo me quiero retirar a los 60 años, pues voy a retirarme hasta los 65, mi pensión se va a reducir, de ahí quiere agarrar fondos para construir el muro. Si tú construyes un muro es tu casa, no es agredir a tu vecino, simplemente estás asegurando tu hogar, igual si pones cámaras, radares, aseguras tu casa y a quienes viven dentro de tu propiedad. La barda es para el narcotráfico, lo que él quiere detener es a los delincuentes, a los traficantes”, dice.
Luego sostiene: “La gente que quiere venir a trabajar lo tiene que hacer legalmente, tiene que cubrir un costo de hasta 5 mil dólares para cubrir el proceso legal y pagar un abogado, todos los que estamos aquí trabajando lo hicimos en su momento.
“Es justo que quienes quieren venir a trabajar aquí lo hagan de manera legal y paguen lo que se cobra durante el proceso, que paguen los abogados, es justo que uno venga a preguntar y que diga ‘qué necesito para estar legalmente’: pagar un abogado y cubrir las formas, porque sin papeles no ganan bien ni siquiera los 7.25 por hora”, detalla.
Así, con esta convicción, el mexicano Pablo González insiste en su apoyo al muro entre las dos naciones.