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Un ex elemento de la División Antidrogas de la Policía Federal que presuntamente tenía relación con un operador del Cártel de los Beltrán Leyva optó por entregarse a autoridades estadounidenses cuando se percató de que estaba siendo investigado en México y Estados Unidos por la probable obstrucción en una investigación binacional.
El comisionado General de la Policía Federal, Manelich Castilla Craviotto, informó en un mensaje a medios sobre la entrega a la Fiscalía de Chicago de Iván Reyes Arzate, ex agente de la Comisión Nacional Seguridad (CNS), quien es investigado desde el pasado noviembre por sus nexos con un integrante de la delincuencia organizada.
Según el Departamento de Estado de EU, Reyes Arzate es conocido como La Reina.
Reyes Arzate aprovechó su posición como autoridad para relacionarse con un operador del Cártel de los Beltrán Leyva y así evitar que las indagatorias importantes para ambas naciones se llevaran a cabo.
Las actividades ilícitas de este oficial fueron conocidas por la CNS en noviembre de 2016 y desde entonces fue separado de su cargo. Las investigaciones en su contra eran realizadas por autoridades mexicanas y estadounidenses, entre ellas la Agencia Antidrogas de EU (DEA).
“La Unidad de Asuntos Internos de la Policía Federal mantiene una investigación sobre el caso, además, el elemento fue separado del cargo desde noviembre de 2016”, informó el comisionado general de la PF.
El ex agente se entregó de manera voluntaria en la Fiscalía de Chicago. “Al conocer que tanto autoridades de nuestro país como de Estados Unidos lo investigaban, el ex funcionario decidió entregarse voluntariamente a la policía de Chicago”, dijo.
El cargo que se imputa a Reyes Arzate es de obstrucción de una investigación relevante para ambas naciones a cambio de un beneficio.
El comisionado reiteró que la Policía Federal no permitirá que sus elementos se separen de la legalidad y que todo aquel que lo haga será llevado ante la justicia: “En la Policía Federal no habrá cabida para aquellos que traicionen los ideales de la institución, los ideales del país, y serán sancionados, serán perseguidos”.
Autoridades informaron que el imputado llevaba 16 años en el cargo y no hay evidencia de que haya trabajado con otro elemento de la corporación, las investigaciones señalan que la relación con el operador de los Beltrán Leyva era exclusiva, sin involucrar a sus compañeros.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó ayer a Iván Reyes Arzate, La Reina, por los cargos de conspiración para obstrucción corrupta, tráfico de influencias e impedimento de un procedimiento oficial. Tras entregarse a las autoridades de Chicago, éstas decidieron desclasificar el pliego de acusaciones contra el ex jefe policial mexicano, que se supone confidente clave del narco para impedir investigaciones de las agencias antidroga y antilavado de dinero de Estados Unidos.
Según se explica en un comunicado del Departamento de Justicia, Reyes Arzate conspiró junto a otros para alertar a cárteles mexicanos que eran objetivo de las investigaciones de la DEA, aprovechando su rango y la información a la que tenía acceso gracias a trabajar con las autoridades estadounidenses.
Alertaba a los miembros del narco cuando la DEA había obtenido autorizaciones judiciales para pinchar sus teléfonos, y filtraba la identidad de aquellas fuentes que colaboraban con la DEA en la recolección de datos contra el cártel.
“Es el primer paso para hacer responsable de impedir la cooperación bilateral, obstruyendo una investigación significativa para su beneficio personal”, expresó el fiscal federal interino Joel Levin.
Según el relato de las autoridades estadounidenses, Reyes era el “principal punto de contacto para información compartida” entre las fuerzas de seguridad de EU y la Policía Federal mexicana. Las sospechas de su implicación se iniciaron en septiembre de 2016, cuando se interceptaron varias comunicaciones en las que se relacionaba a Reyes con el narco.
En esas comunicaciones se nombraba directamente a Iván como la persona que había filtrado información de las fuerzas de seguridad a diferentes cárteles mexicanos.
En noviembre de ese mismo año, Reyes se habría reunido en persona con el líder de un cártel. De confirmarse las acusaciones, podría ser condenado a un máximo de cinco años de cárcel por conspiración.
La primera comparecencia judicial de Reyes ante la juez Sheila Finnegan está prevista para el 13 de abril en la Corte del Distrito de Chicago.
Mike Vigil, ex jefe de operaciones internacionales de la DEA, relató que en los años 90 surgieron las unidades especiales, llamadas SIU por sus siglas en inglés (Sensitive Investigative Unit), para tener grupos de plena confianza con los que EU pudiera intercambiar la información más delicada. El resultado, al menos en este caso, fue la infiltración.
Reyes Arzate era un funcionario con acceso a información confidencial y delicada de la lucha contra el crimen organizado que supervisó operaciones que conllevaron numerosas detenciones, “incluidas las de múltiples miembros del Cártel de Sinaloa acusados en este distrito”.
Facilitaba información a los Beltrán Leyva a cambio de pagos que sumaron millones de dólares y conspiraba para “obstruir, influir e impedir” cualquier investigación. AP