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A Antonio Riviello Bazán, el general que enfrentó el levantamiento del llamado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el 1 de enero de 1994, se le rindió un homenaje de cuerpo presente en la explanada del Heroico Colegio Militar.

Los secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, Salvador Cienfuegos Zepeda y Vidal Francisco Soberón Sanz, encabezaron la ceremonia en honor de quien fue titular de la Sedena en la administración del presidente Carlos Salinas de Gortari y que falleció el lunes pasado a los 90 años.

Los restos de Riviello Bazán fueron trasladados en una carroza fúnebre del Ejército y después el ataúd fue colocado sobre otra carroza tirada por caballos, para desfilar entre dos columnas de cadetes que montaron la guardia para rendirle honores militares.

“Con enorme aprecio, expreso nuestro respeto y solidaridad a la familia Riviello en estos momentos de duelo”, fueron las primeras palabras de Cienfuegos Zepeda en la ceremonia a la que asistieron familiares del ex funcionario, generales, oficiales, militares en situación de retiro y personal de tropa.

“Con enorme pesar nos encontramos reunidos aquí para dar el último adiós al general Antonio Riviello Bazán, gran soldado, jefe, maestro, compañero, amigo y excelente militar. Con profundo sentimiento las mujeres y hombres que integramos el Ejército y la Fuerza Aérea expresamos nuestras sinceras condolencias a la señora Vicky, a sus hijos y demás seres queridos.

“Ante los eventos suscitados en el estado de Chiapas, el 1 de enero de 1994, tomó las decisiones rápidas y acertadas poniendo de manifiesto su notable liderazgo en estos momentos coyunturales para la vida nacional, en los que era prioritario preservar el orden interno y el Estado de derecho”, recordó Cienfuegos Zepeda en su dircurso ante el ataúd de madera.

El general Riviello Bazán falleció el pasado 20 de marzo en el Hospital Central Militar; trabajó en la Secretaría de la Defensa Nacional durante más de 74 años, tiempo en el que ocupó todos los grados militares, informó la Sedena en un comunicado.

El entonces presidente de la República, Salinas de Gortari, lo nombró secretario el 1 de diciembre de 1988.

“No hay momento más triste para un soldado que decir adiós a un compañero. Decir adiós a quien nos guió con su ejemplo, a quien siempre sirvió con honor y lealtad a la nación y a las Fuerzas Armadas”, dijo.

El secretario Cienfuegos Zepeda deseó a la familia del general fallecido el aliciente que les dé fortaleza para superar su deceso.

“Lamentable pérdida. Como esposo, padre, hijo, hermano y militar alcanzó su propósito de vida, por lo que hoy al despedirlo podemos decirle: ¡misión cumplida, mi general!”, dijo.

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