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El caso en la justicia estadounidense contra el narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán Loera tendrá un nuevo fiscal, tras el cese, ayer, del responsable, Robert L. Capers.
La salida de Capers se produjo a petición del gobierno de Donald Trump, quien va a reemplazar a todos los fiscales federales elegidos por la administración de Barack Obama, algo habitual cuando hay un relevo en la Casa Blanca.
“Esta tarde [ayer] se me ordenó dejar mi puesto como fiscal de Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York, con efecto a 10 de marzo de 2017”, indicó Capers en un breve comunicado.
El fiscal ha servido durante los últimos 17 meses en ese cargo, en el que reemplazó a Loretta Lynch, quien fue nombrada por Barack Obama en 2015 como fiscal general de Estados Unidos.
Por el momento, la jefatura de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, con sede en Brooklyn, la ocupará en funciones Bridget M. Rohde.
Esta oficina lidera la acusación contra El Chapo Guzmán, extraditado a Estados Unidos el pasado 19 de enero y que se enfrenta a la cadena perpetua.
La Fiscalía Federal de Brooklyn se ocupa de otros procesos muy conocidos como el de la corrupción en el seno de la FIFA y de numerosos asuntos de terrorismo.
En total, el Departamento de Justicia pidió ayer la renuncia de los 46 fiscales federales elegidos por Obama que aún siguen en sus cargos.
La decisión del Departamento que dirige Jeff Sessions incluye también a priori al fiscal del Distrito Sur de Nueva York, el mediático Preet Bharara, quien hace unos meses aceptó una propuesta de Trump para continuar en el puesto.
El fiscal Bharara, cuya oficina maneja casos de terrorismo internacional, corrupción, narcotráfico o fraudes bursátiles en Wall Street, y que ha llevado a la cárcel a varios banqueros, fue designado para el puesto en agosto de 2009 por Obama.
Tras reunirse con Donald Trump en noviembre pasado, Bharara dijo que había aceptado la petición del entonces presidente electo y de Sessions para mantenerse en el cargo.
