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El presidente Enrique Peña sí debe tener una reunión con Donald Trump para que defienda los derechos de los migrantes y presentar una estrategia alterna al muro fronterizo que no beneficia en nada a México, coincidieron Amnistía Internacional (AI) y El Colegio de la Frontera Norte (Colef).

Especialistas en migración consideraron que lo más preocupante es el mensaje que manda el mandatario de exclusión y de falta de respeto a la soberanía del país, así como la violación de los derechos humanos de millones de personas que son separadas de sus familias.

Raquel Aguilera Troncoso, subdirectora de programas de Amnistía Internacional México, dijo que se hace realidad una de las promesas de campaña de Trump que preocupa porque se basa en la discriminación y criminalización de personas que se encuentran en movimiento.

“Le estamos exigiendo al gobierno mexicano que en esa reunión defienda la postura de los derechos humanos, que se respeten. El llamado de Amnistía Internacional a los presidentes es que se respeten los derechos de los migrantes. Estamos atentos monitoreando el día a día desde la llegada de Donald Trump”, afirma.

Tonatiuh Guillén, presidente de El Colegio Frontera Norte, advirtió que lo más alarmante es que las autoridades nacionales no han exigido respeto y que cuando Trump asegura que será nuestro país el que pague por el muro de forma directa o indirecta “le asigna a México una posición y un trato de subordinación que es completamente inaceptable. Lo pertinente es señalar que pueden poner los fierros que se les ocurra en su espacio, pero también están obligados a un trato de relación soberana de México”.

Jesús Peña, investigador del mismo Colef, señaló que ese muro obligará a los migrantes a buscar rutas más peligrosas para cruzar; “habrá más muertos porque buscarán desiertos y son zonas que están controladas por el crimen organizado para cruzar drogas y armas”.

Emily Norman, abogada de la Clínica Jurídica del Instituto para las Mujeres en la Migración, dijo que el magnate está tratando de cumplir con toda la serie de promesas que realizó en campaña y resaltó que lo más importante es que los migrantes no deben olvidar que tienen derechos humanos y que si bien serán deportados por la patrulla fronteriza a sus países de origen no deben sufrir atropellos.

El sacerdote Alejandro Solalinde expresó que el problema con el gobierno mexicano es que “nunca preparan un plan B, y por eso ahorita estamos con una papa caliente” y agregó que es momento de ayudar a los mexicanos a retornar, al igual que a los centroamericanos.

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