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Meses antes del ataque y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, la organización criminal Guerreros Unidos había usado las inmediaciones del basurero de Cocula para quemar los cuerpos de dos personas a quienes identificaron como integrantes de Los Rojos.

De acuerdo con la declaración ante el Ministerio Público de la Federación del jefe de sicarios Felipe Rodríguez Salgado, El Cepillo, el grupo de jóvenes que venían de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos el 26 de septiembre de 2014, era el segundo “paquete” que recibían bajo el mando de El Chuky; el primer “paquete” llegó el mes de julio y fueron quemados en la brecha del basurero, mientras que la quema del grupo masivo ocurrió en el fondo del basurero.

Lo anterior coincide con el grupo colegiado de expertos en materia de fuego integrado, entre otros, por Frederick Mowrer y James D. Quintiere, quienes concluyeron que en el fondo del basurero de Cocula habría existido un evento de incendio de gran magnitud, según consta en los peritajes que obran en el expediente y dado a conocer el pasado mes de abril por el vocero del Grupo Colegiado, Damián Torres.

“Se puede concluir que existe evidencia suficiente, inclusive observable físicamente, para afirmar que sí existió un evento de fuego controlado de grandes dimensiones en el lugar denominado basurero de Cocula. La recolección de restos óseos corrobora evidencias suficientes y coinciden entre los equipos forenses, tanto de la Procuraduría General de la República como del equipo argentino de antropología forense”, indica el expediente.

En su declaración, El Cepillo afirmó: “Dos meses antes de los hechos de los normalistas, es decir, en el mes de julio, El Chuky me llamó por teléfono y me dijo que me iba a entregar a dos paquetes que llevaba detenidos y que eran del grupo contrario, Los Rojos; que los llevaban porque uno vendía droga y el otro era sicario, por lo que dichos sujetos me fueron entregados y me encontraba en compañía del Wereke.

“Siendo aproximadamente las cinco de la tarde en la antena de Cocula, El Chuky llevó los paquetes en una camioneta blanca doble cabina, modelo reciente, me entregaron a los paquetes, los trasladé en un Tsuru a la brecha del basurero de Cocula, donde los privaron de la vida y posteriormente los quemaron; creo que ellos fueron los primeros que quemaron en ese lugar”.

Adiestramiento para matar. En las zonas más alejadas entre los municipios de Iguala y Cocula sicarios de Guerreros Unidos recibían entrenamiento especializado para manejar armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas. El encargado de adiestrarlos era El Chuky, uno de los líderes que tenía a su cargo una célula y que los preparaba para tener buen tiro. Usaban AK-47, AR-15 y pistolas 9mm.

Los sicarios entrenados por El Chuky fueron Patricio Reyes Landa, El Pato; Jonathan Osorio Cortés, El Jhona; Miguel Ángel Landa Bahena, Duvalín, y Miguel Miranda Pantoja, Wereke.

“Quien nos entrenó como sicarios fue El Chuky en diferentes casas de seguridad, enseñándonos a armar y desarmar cuernos de chivo, R15 y 9 mm; nos llevaban a practicar tiro a diferentes cerros en Iguala sin que hubiera campo de tiro, sólo así llegábamos a cualquier lugar y ahí disparábamos”; mencionó El Cepillo.

Luego de estar preparados, Guerreros Unidos regresó a Cocula a recuperar la plaza que había tomado La Familia Michoacana bajo el mando de La Burra. El día del enfrentamiento, seis de La Familia fueron ultimados, según narra Felipe Rodríguez.

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