La Arquidiocesis de México denunció el asalto que sufrió el pasado martes la Parroquia de la Sagrada Familia, ubicada en Santa María la Ribera.

El Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME) indicó que el asalto fue cometido por  tres personas armadas, dos hombres y una mujer, quienes ingresaron a las oficinas del templo, y con pistola en mano, amagaron a la empleada administrativa para robar aproximadamente 40 mil pesos.

El padre Abel Torres Padrón, encargado de la parroquia, explicó que los hechos ocurrieron alrededor de las 16:00 horas, unos minutos antes de que un grupo de vecinos llegara a la parroquia para organizar la posada del día, y justo en el momento en que la secretaria parroquial, regresaba de su hora de comida.

Al momento de abrir la oficina, fue amenazada con una pistola, la amarraron de pies y manos, y le taparon la boca. Después tomaron el dinero recaudado de limosnas y pagos de servicios religiosos del sitio donde se resguardan los valores, e inmediatamente huyeron.

Explicó que uno de los responsables de guiar la posada, al llegar a la oficina para tomar las imágenes de los peregrinos y ver que la puerta estaba cerrada, pensó que la secretaria aún no había llegado y llamó al sacerdote para pedirle su autorización con el fin de ingresar.

"Fue entonces cuando vio a la secretaria atada y tirada en el piso. inmediatamente me llamó para contarme lo sucedido, así que me trasladé rápidamente a la parroquia para comenzar las diligencias necesarias”.

El sacerdote no descartó la posibilidad de que los asaltantes conocieran los movimientos de la parroquia, así como el de los empleados, porque el poco desorden que realizaron lo llevan a pensar que conocían el lugar exacto donde se encontraba el dinero.

Al lugar acudieron policías de Seguridad Pública en respuesta a una denuncia ciudadana; el párroco se presentó en la Agencia del Ministerio Público adscrita a la coordinación territorial de la Delegación Cuauhtémoc para ratificar la denuncia. Más tarde llegaron los Agentes de Investigación para tomar conocimiento de los hechos, acordonar la oficina e iniciar las indagatorias.

El padre Abel Torres dijo que las oficinas permanecerán cerradas hasta que los peritos hayan recopilado toda las evidencias y la información necesaria para dar con los responsables de este acto delictivo. Recomendó a sus compañeros sacerdotes tener mucho cuidado en estos días “porque nadie se escapa de la delincuencia”.

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