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Washington.— Emma Coronel, pareja de Joaquín El Chapo Guzmán, acudió ayer a la sede de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en Washington para pedir que el organismo acabe con la “tortura sicológica” y problemas de salud que el narcotraficante vive en prisión, en Ciudad Juárez.
“Está muy mal por todos los derechos que le están violando en México”, dijo la esposa del líder del Cártel de Sinaloa, quien teme por la vida de su pareja, quien asegura que está “en un estado de salud que necesita atención urgente”.
La mujer llegó a Washington días después de presentar una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por los malos tratos y violaciones de garantías que, según indicó, ponen en riesgo la salud física, mental e incluso la vida del capo.
“En el desespero de cómo estaba su salud y ver que en México tarda un poquito más, eso es lo que nos llevó a recurrir a nuevas instancias y si hubiera más también lo haríamos”, justificó Coronel, quien criticó a las autoridades mexicanas y sus declaraciones sobre El Chapo: “Salen a decir que estamos mintiendo y que él está sano porque pesa exactamente igual que cuando llegó”.
En la CIDH, Coronel presentó nuevas pruebas médicas (un informe pericial del sicólogo y el siquiatra que resalta el cuadro de estrés postraumático y la profunda depresión que sufre el narcotraficante) y trató de acelerar el proceso de petición de medidas cautelares para la seguridad física de El Chapo. “Vinimos a ver cuándo pueden visitarlo en México, para que se cercioren de las condiciones en que se encuentra”, indicó.
