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Para tener un sistema educativo exitoso no se necesita de un gran presupuesto público, afirma Aulis Pitkälä, director general de la Junta Nacional de Educación de Finlandia, en entrevista con EL UNIVERSAL.
Lo que se requiere es invertir en la formación de los maestros, inyectar recursos en las escuelas, reforzar el papel y autonomía de los estados, ser creativo en la política pública para que los recortes presupuestales no tengan un impacto tan negativo y, sobre todo, terminar con la corrupción. Este problema, dice, es un cáncer en los sistemas educativos.
Pitkälä, representante de uno de los sistemas educativos más exitosos del mundo, explica que en su país no hay evaluaciones para los profesores que están en servicio, sino un continuo acercamiento de los directores de las escuelas, un seguimiento personalizado y continua retroalimentación a cada caso, por lo cual es muy difícil que haya despidos de docentes.
Igual que en México —donde a partir de la implementación de la reforma educativa ha habido cuando menos 5 mil profesores despedidos— en Finlandia estudiar una carrera en el nivel superior para convertirse en docente no garantiza una plaza automática: es por sus méritos personales y su formación que un maestro puede encontrar trabajo, asegura.
¿Qué importancia le dan a los maestros en Finlandia?
—Los apreciamos mucho. De hecho, es una carrera muy atractiva; yo mismo era maestro. Es una carrera con alta estima social. Claro, también es un asunto histórico y cultural para nosotros. En muchas naciones los maestros no son tan apreciados y no sé por qué, pero en nuestro país es diferente.
¿Cómo evalúan el desempeño de sus maestros?
—No tenemos evaluación de desempeño docente. Nuestra aspiración es que en el futuro haya un plan de desarrollo profesional personalizado para cada maestro y cada director, a ser continuo a lo largo de toda su carrera para que tengan un desarrollo profesional en su vida laboral. Lo fundamental es este plan personalizado, es clave y debe ir de la mano con su plan de desarrollo personal. Esa es la clave del éxito.
Aquí el gobierno evalúa a los profesores y si después de tres oportunidades no pasan, los quita de las aulas o los despide.
—En nuestro sistema es responsabilidad de los directores discutir y hablar con los docentes para ver cómo van y cuáles son sus objetivos. Es muy difícil deshacerte de un maestro en Finlandia, cuando sales de la universidad estás listo para ser profesor.
¿Les dan plazas automáticas después de salir de la universidad?
—No, sales preparado para ser maestro, pero que consigas trabajo ya es otra cosa. Las municipalidades contratan a los profesores, algunas hacen evaluaciones para dar empleos y otras no; depende de ellas.
Si las municipalidades controlan el dinero, contratan a los maestros y construyen las escuelas, ¿cómo evitan el desvío de recursos, la venta de plazas?
—No hay corrupción en mi país. Casi nada, muy difícilmente. Somos la sociedad con menos corrupción en el mundo. No lo puedo ni pensar.
¿Qué piensa de los sistemas educativos que sí hacen esas cosas?
—Es como un cáncer para la sociedad, es tan, pero tan peligroso desde mi óptica. El proceso para educar y para nombrar a un maestro debe ser democrático. Debe ser un sistema en el cual puedas confiar siempre, saber que los criterios para hacer estos nombramientos son los mismos en todos lados. Eso es lo que pasa en Finlandia.
¿Por qué su país ha invertido tanto dinero, recursos humanos y fondos en el sistema educativo?
—Bueno, si lo ves de cierta manera es un sistema muy barato, no es tan caro y no le invertimos tanto. A lo que sí le invertimos mucho es a los maestros y su educación, porque la mayoría tienen grado de maestría o posgrados. El punto es tener buenos maestros y buenas escuelas, y fomentar la colaboración entre ambos.
¿Cómo invierte Finlandia su presupuesto en educación?
—El dinero se va para las municipalidades [los estados], ellos organizan el sistema escolar e invierten el dinero para tener un sistema escolar de calidad decente. Son decisiones locales: cómo usan el dinero y cómo lo distribuyen para la educación.
¿No necesitan una cantidad exagerada de dinero para tener un sistema educativo exitoso?
—Hemos tenido algunos recortes al presupuesto educativo que van a tener un impacto. Pero también tenemos que ser creativos e inteligentes para invertir el dinero: yo creo que en la educación básica tenemos que convertir a las escuelas en la parte central del desarrollo.
No es tan importante tener menos presupuesto, lo que hacemos es invertir en el desarrollo de la escuela, la formación inicial de los maestros y les damos dinero para que sigan estudiando y para que apoyen a otros de sus compañeros con tutorías. Sé que es muy demandante, pero lo más importante es lo que se hace en las escuelas.
¿Qué características debe tener un sistema educativo exitoso?
—Tiene que ser libre, honestamente: debe ser público, basado en la equidad para que la escuela más cercana a tu casa sea la mejor para tus hijos, debe ser flexible, creativo y lleno de felicidad.
¿Hacer felices a los niños?
—Si no estás contento en la escuela, si piensas que es un desperdicio de tiempo, no aprendes. Tiene que ser significativo para ti: debe ser un lugar feliz, debe ayudarte e impulsarte a pensar.
¿En qué momento pensaron que necesitaban otra reforma educativa como la que están llevando ahora?
—El rol del maestro debe cambiar, la cultura escolar también, el uso de la tecnología y el rol del estudiante debe ser más activo. Los cambios en el mundo y en la tecnología lo requerían así, porque dependemos de los mercados globales, no somos una isla: tuvimos que cambiar, la globalización ha cambiado al mundo.