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Las seducen, las engañan, las enamoran, les prometen una mejor vida y empleo, para después ser explotadas sexualmente en Estados Unidos. En el negocio están involucradas familias completas, pero también los cárteles de las drogas mexicanos y pandillas estadounidenses.

Las prefieren de 12 a 29 años de edad; el reclutamiento comienza desde Centroamérica hasta pasar por México. La mayoría son mexicanas, brasileñas, hondureñas y salvadoreñas.

Su destino final son bares y establecimientos tipo cantinas, según se destaca en un estudio realizado por Polaris, una organización líder en la lucha global para erradicar la esclavitud moderna, donde se expone que los tratantes comienzan a reclutarlas desde honduras, pasando por Chiapas, Oaxaca, Puebla, Veracruz, Ciudad de México, Tamaulipas y Coahuila.

Luego son trasladadas a la frontera de los estados de Chihuahua, Sonora, Baja California y Tamaulipas, las cruzan de manera ilegal y son llevadas a Washington, California, Minnesota, Texas, Florida, Pennsylvania, Indiana, Carolina, Nueva Jersey, Massachusetts y Nueva York.

En territorio estadounidense, las organizaciones criminales de Los Zetas, La Familia Michoacana, así como las pandillas Mara Salvatrucha y Latin Kings ingresan al negocio ayudando en el paso de la frontera o bien explotándolas sexualmente.

Datos obtenidos de las líneas de acceso directo del Centro Nacional de Recursos para la Trata de Personas (NHTRC) y de BeFree (para mensajes de texto), ambas operadas por Polaris, indican que desde diciembre de 2007 a marzo de 2016 recibieron mil 300 llamadas  de posibles casos de trata sexual, laboral o ambas; 201 fueron confirmados y, en promedio, por cada caso había siete víctimas.

La organización documentó que en 21 casos los tratantes operaron en conjunto con alguno de los grupos criminales antes mencionados, y que quienes administran los establecimientos donde son explotadas son de origen mexicano, pero también hay hondureños y salvadoreños.

“Están relativamente organizados, con frecuencia por unidad familiar, con algunos miembros encargados de la tarea del reclutamiento en México o Centroamérica, y otros administrando el proceso del transporte de las víctimas de trata por la frontera de México y Estados Unidos”, indica el informe de Polaris.

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