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Culiacán, Sin.— Un plantío de amapola y dos de marihuana, ubicados a 90 minutos de la capital del estado de Durango, fueron destruidos luego de que los soldados rechazaron el dinero que les ofrecieron para no destruir los sembradíos.
Integrantes del narco intentaron salvar su siembra ofreciendo dinero a los militares.
Se trató del aseguramiento de plantíos de droga más cercano a la zona urbana y fuera del llamado Triángulo Dorado que ha realizado el Ejército.
“Prioritariamente enfocamos todo nuestro esfuerzo para realizar actividades contra el narcotráfico, específicamente operaciones de erradicación e intercepción área y terrestre. Esta es una de las tareas más intensas a las que se orienta el personal militar en este mando territorial por razones obvias de la actividad de siembra y cultivo de enervantes”, destacó el comandante de la 10 Zona Militar, Homero Mendoza.
Para las labores de seguridad y combate al crimen organizado en Sinaloa hay un despliegue de tres mil elementos locales y dos mil que llegaron de otras regiones militares para apoyar. En el contexto de la violencia en Sinaloa por los enfrentamientos entre Los Chapitos y Los Beltrán, los campesinos que trabajan para el grupo que lideran Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada intentaron salvar su cosecha.
El descubrimiento fue en el bosque de pino en la Sierra Madre Occidental, junto a milpa, cuando personal de la Fuerza Aérea Mexicana sobrevoló en helicóptero el ejido de Santa Isabel de Batres, municipio de Durango.
En 13 de los 39 municipios municipios de Durango, los que están en las zonas de la sierra, se ha detectado el cultivo de enervantes.
En el campamento que abandonaron los delincuentes dejaron un mensaje junto a un radio pórtatil en el que se leía: “Quiero hablar con usted, prendan el radio, cuando lo prenda, hábleme, estoy en el canal 10. Si se puede, arreglo, y si no, gracias. Si podemos tener un arreglo, usted manda”.
El texto escrito con tinta roja, en una hoja de un cuaderno de espiral profesional, estaba junto al radio color negro dentro de una cubeta en el que se escuchó la voz de un hombre con acento sinaloense: ¿Cuánto quieren?... Ya es menos, la están quemando. “[Con 60 bases de operaciones] disponemos de 769 elementos de la jurisdicción y el refuerzo promedio de mil 700; en general hablamos de 2 mil 500 hombres incluyendo un agrupamiento de labor social de aproximadamente 70 individuos. En este mando territorial hemos destruido 18 mil 417 plantíos de amapola a la fecha, mil 305 plantíos de mariguana, 60 secaderos, 38 campamentos, dos laboratorios de drogas sintéticas, éstos últimos que encontramos aquí están en el municipio de Tamazula, que tienen la mayor proximidad hacia la vertiente de Sinaloa”, subrayó el general.
Bajo la sombra de un cedro había una hule que formaba una tienda, cuatro pares de botas, un par de huaraches, el arroz con jitomate recién cocido sobre un anafre, una botella de whisky Buchanan’s vacía, otra de licor de caña, costales de fertilizante.
Los soldados no contestaron y continuaron con la destrucción del plantío de amapola de cuatro mil metros cuadrados, uno de marihuana de 11 mil metros cuadrados y otro de la misma yerba de 17 mil metros cuadrados. Fuentes federales calculan que al campesino le pagan 15 mil pesos por cada kilo de goma de opio que se sustrae del bulbo de la amapola.