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El pelotón de ciclistas se detiene en Paseo de la Reforma y Ghandi. Casi salen del área del Bosque de Chapultepec, en dirección al Ángel de la Independencia, y su breve recorrido iniciado en el Auditorio Nacional produce endorfinas, a fuerza de pedalear en esta fresca mañana del Día Sin Auto.

Son una decena de senadoras y senadores, de un total de 126 que integran esa cámara, que se han reunido para cruzar casi 5 kilómetros de asfalto y de tránsito salvaje, en la hora pico de los oficinistas de Paseo de la Reforma. Son las 08:40 horas y siguen la voz del líder, quien en sus tareas habituales es el coordinador de la bancada del PRI, Emilio Gamboa Patrón.

Esperan que los alcance Miguel Barbosa Huerta, coordinador del PRD, impedido de utilizar una bicicleta porque se vale de una prótesis en una antepierna, se mueve en un vehículo de cuatro ruedecillas, que será la sensación del día en las redes sociales. Bromea: “Es supersónico”.

Emilio Gamboa, Jesús Casillas y Miguel Romo están en la rodada del Senado, vestidos con el traje con el que entrarán al salón de sesiones. Usan cascos para ciclista, y a la James Bond, pasan el riesgoso Paseo de la Reforma sin desarreglar el nudo de la corbata.

Las senadoras Hilda Flores Escalera, Luz María Beristain, Mariana Gómez del Campo, Itzel Ríos de la Mora, pedalean en ropa deportiva. Se transformarán en sus oficinas del Senado con la indumentaria propia del salón de sesiones. Diva Gastélum se reporta sin poder avanzar y en la Glorieta de la Diana se suma al pelotón.

El promotor de esta celebración es el presidente de la Comisión de Movilidad, el senador Jesús Casillas Romero (PRI), un apóstol de la bici. En su oficina tiene cientos de figuras de este medio de transporte. Su campaña al Senado la hizo en bicicleta. Esta mañana los vehículos que hacían falta los ha puesto de su flotilla de la organización “Jalisco en dos ruedas”.

Los senadores bicicleteros van rodeados por decenas de camarógrafos, fotógrafos, reporteros y, rodeado por ellos, Gamboa saluda al público que lo ve y escucha en las redes sociales.

Miguel Romo tiene plan de retorno a pie a su domicilio, al final de las actividades, uno de los disfrutes que depara la hostil ciudad a quienes saben acomodarse en ella.

Hilda Flores, delgada coahuilense, una mano en el manubrio y otra en el teléfono celular —“te van a multar”, le dicen sus colegas legisladores— escribe mensajes, oye el entorno, saluda, comenta su afición por esta práctica deportiva: “Procuro salir en bicicleta en fin de semana. Es agradable, me gusta caminar, hacer ejercicio”.

Hay quienes se pasan si de practicar deportes se trata. Ahí está Mariana Gómez del Campo, coronada con un casco gris, una chamarra deportiva azul (es panista), tenis y un infaltable toque de lápiz labial. Llega luego de su sesión de box.

El encanto se acaba más tarde, cuando vuelven a las camionetas. Los 128 senadores tienen sus autos, pero se prometen repetir, siempre que se pueda, el gusto de andar en bici, como el fin de semana que viene. Cuando se pueda.

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