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politica@eluniversal.com.mx
Durante el operativo policiaco del 19 de junio pasado en Nochixtlán, Oaxaca, para desalojar a manifestantes y maestros de los bloqueos carreteros, uno de los 32 policías federales que llegaron a repeler los ataques con arma de fuego fue alcanzado por un explosivo que lo hizo caer al piso, para después ser capturado por civiles que lo golpearon y le robaron su pistola .9 milímetros, 57 cartuchos útiles, equipo táctico y de comunicación.
El informe confidencial del caso Nochixtlán, elaborado por la Secretaría de Gobernación (Segob), narra cómo el suboficial de la Policía Federal, Hugo López Reyes, quedó a merced de los manifestante mientras su división trataba de replegarse ante la arremetida de los civiles, en aquel domingo que acabó con la vida ocho personas.
Su jefe, José Luis Rincón, quien ese día comandó al segundo agrupamiento de la División de Gendarmería de la Policía Federal para rescatar a 400 elementos que habían sido rebasados por el número de manifestantes, dio testimonio de los hechos. En sus declaraciones firmadas ante notario, recordó el momento preciso en que el hombre a su encargo, Hugo López, no puedo ser auxiliado por sus compañeros.
Según la investigación de los hechos, la división de Rincón Alvarado arribó pasadas las 10 de la mañana a Nochixtlán, dos horas después de comenzado el operativo de desalojo. Rumbo a las 12:30 horas, los manifestantes se tornaron más violentos, lanzando directamente al personal policiaco cohetones cubiertos con objetos metálicos con la intención de causar daño, por lo que la división comenzó a reagruparse para retirarse del lugar.
En medio de la retirada y el repliegue de los elementos hacia los vehículos de la Policía Federal, la división del comandante se quedó en la primera línea de choque.
En ese momento, narra el comandante, “el suboficial Hugo López Reyes es impactado por un artefacto explosivo en la pierna derecha, motivo por el cual cae al suelo y como consecuencia de este hecho es alcanzado, retenido y agredido por los manifestantes, despojado de su equipo táctico, chaleco balístico, casco, coderas, rodilleras, anteojos tácticos, así como de su arma de cargo marca Ceska Zbrojovka CZP-09, tres cargadores abastecidos y 57 cartuchos útiles 9 milímetros, radio matra y equipo Nextel institucional”.
Asegura que el suboficial López Reyes no pudo ser rescatado por sus compañeros, porque seguían siendo agredidos por los manifestantes.
“Intentando realizar acciones para su rescate, resultando imposible éste, en virtud de que seguíamos siendo objeto de agresiones con palos, cohetones, machetes, bombas molotov, petardos y detonaciones provenientes de los manifestantes, y considerablemente superados en número”, se relata en la declaración de Rincón Alvarado, contenida en las casi 400 páginas del expediente.