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Los altos niveles de contaminación atmosférica en la Ciudad de incrementan el riesgo de morir para sus habitantes, pues en cada contingencia ambiental estamos respirando hasta 300% veces más, los contaminantes permitidos por la Organización Mundial de la Salud, señaló un reporte de la Facultad de Medicina de la UNAM.
En la Ciudad de México, el promedio anual de partículas respirables es de 50 microgramos por metro cúbico y en los días de contingencia 60, o sea, tres veces por encima de la norma establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 20 microgramos.
Actualmente, existe evidencia sobre la asociación entre el aire de baja calidad y padecimientos cardíacos (isquemia cardiaca e infarto, arritmia ventricular, exacerbación de insuficiencia del corazón y ataque fulminante), así como daño significativo en las vías respiratorias, e incluso se ha asociado a epilepsia, explicó la académica de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Ana Rosa Moreno Sánchez.
La exposición a la contaminación ambiental (partículas PM2.5 y PM10, y dióxido de nitrógeno) incrementa la posibilidad de parto prematuro, bajo peso al nacer, mortalidad infantil y síndrome de muerte temprana, y afecta a personas que padecen asma.
El material particulado menor a 10 micras se queda en las vías respiratorias superiores; que el menor a 2.5 tiene pase directo hasta los alvéolos, y que las partículas de menos de una micra llegan con facilidad hasta la sangre y viajan a diferentes órganos, como el cerebro y el hígado.
"La mayoría de estas muertes es de adultos mayores que ya tienen un padecimiento previo que se les complica, como enfermedades pulmonares, cardiacas y, en menor proporción, cerebrovasculares", explicó la investigadora.
"Ya no hay duda: los habitantes de zonas afectadas por este fenómeno tenemos más riesgo de padecer cáncer a largo plazo”, dijo. A la exposición crónica de estos contaminantes hay que sumar la aguda, es decir, la registrada en días de contingencia, que puede causar tos, dolor de pecho, irritación de garganta y ojos, dolor de cabeza, mareo, náuseas y cansancio.
Los más vulnerables son los niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias crónicas como enfisema o asma, personas que trabajan en la calle —policías, comerciantes y taxistas— y en la construcción, porque todo el día respiran aire no apto, están expuestos a temperaturas elevadas y a una mala alimentación.
La especialista, quien formó parte del equipo del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), señaló la importancia de reconocer la existencia del problema.
La preocupación por la polución en la Zona Metropolitana de la Ciudad Metropolitana (ZMCM) debe extenderse a otras metrópolis. Mexicali se considera la ciudad más contaminada del país, Ciudad Juárez, Monterrey, Silao y Guadalajara, que si bien cuentan con buenos sistemas de monitoreo de la calidad del aire, disponen de pocos estudios que analicen sus efectos en la salud.
Para hacer frente a esta situación, la experta recomendó comprobar alertas de contaminación local en medios de comunicación, con ayuda de aplicaciones como AIRE, del gobierno capitalino, y prescindir de la actividad física al aire libre o reducir su intensidad.
erp