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Almoloya de Juárez, Méx.— La hermana de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, Bernarda, acudió ayer al penal federal de El Altiplano para atestiguar el inicio de una “huelga de hambre” a favor del capo, a quien justificó de haberse evadido por segunda vez de una de las cárceles más seguras del país, al afirmar que “hasta un animal irracional busca su libertad, pero él no dañó a nadie”.
Parca en las respuestas a pesar del bombardeo de preguntas, Bernarda sostuvo que nadie ha tenido contacto con él desde que ingresó al Cefereso número 1 y que los abogados lo reportan como “muy mal” de salud.
Dijo que sólo su abogado José Refugio Rodríguez ha logrado tener contacto con él, por lo que esperan que el 11 de marzo puedan ingresar al centro para observar sus condiciones de reclusión. Aunque la familia está preocupada, puesto que el representante legal les explicó que “se siente mal y que le están dando un trato inhumano”.
Sobre las declaraciones que hizo la hija mayor de Guzmán Loera, Rosa Isela Guzmán Ortiz, sobre los presuntos apoyos que él dio a políticos mexicanos, Bernarda fue evasiva y una y otra vez aseguró no saber nada.
—¿Qué opinión tiene usted de las declaraciones que dio la hija mayor de Joaquín, de que está dispuesta a mostrar unos documentos que existen, que él financió campañas?
—No me di cuenta, no la escuché.
—¿De que lo traicionaron?
—No la escuché.
—¿Que opinión tiene sobre eso?
—Nada, no sé sobre eso.
Bernarda Guzmán aseguró que arribó con otros familiares a Toluca, Estado de México, para ver a su hermano y de inmediato regresaría a Sinaloa, por lo que no confirmó ni descartó participar en la huelga de hambre que iniciaron los abogados del capo.
A pregunta expresa, también aseguró que la gente de Sinaloa quiere mucho a su hermano, puesto que realizaba “servicio social”.
—Lo que sí es cierto es que lo quieren mucho en su pueblo, ¿no?
—Claro que sí, él ha sido muy servicial con la gente. Aparte de lo que el gobierno lo acusa, el gobierno tendrá sus razones y como autoridad del penal, que se le dé un trato digno, como a cualquier presidiario y ser humano, nada más le pedimos eso a las autoridades —contestó Bernarda a punto de subirse a un vehículo y marcharse del lugar.
Señaló que están preocupados por su familiar, puesto que es hipertenso, se queja de que constantemente lo despiertan para obtener una prueba de vida y eso afecta su salud, además de asegurar que recibe “tortura sicológica”.
