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Los Mochis, Sin.— Una ligera lluvia empezó a caer sobre Los Mochis la madrugada del viernes. Las gotas golpeando los techos empezaron a ser silenciadas por el ruido de una balacera. Eran cerca de las 04:30 horas, cuando elementos de la Secretaría de Marina ubicaron a Joaquín El Chapo Guzmán en una casa del fraccionamiento Las Palmas.
El capo y sus hombres evitaron la detención y se desplazaron a otro inmueble, en la esquina de la calle Río Quelite y Boulevard Jiquilpan. Ahí tuvo lugar otro enfrentamiento, que despertó a los vecinos, quienes se atrincheraron en sus viviendas y dieron aviso al C-4, pero ni las autoridades de Los Mochis, cabecera municipal de Ahome, sabían qué sucedía.
El lugar del choque se ubica a una cuadra de la zona donde reside la mamá del gobernador sinaloense, Mario López Valdez.
Las fuerzas federales colocaron puntos de revisión en áreas estratégicas de cuatro fraccionamientos. Por la potencia de las armas de los sicarios, los marinos estacionaron un autobús sobre la zona para cerrar la circulación y solicitaron el respaldo de helicópteros artillados, que sobrevolaron por casi cuatro horas un amplio perímetro.
En el enfrentamiento fallecieron cinco de los hombres del capo, pero El Chapo logró huir de las fuerzas federales, aunque sólo por unas horas, y como lo hizo el año pasado en Culiacán, de nueva cuenta usó el sistema de drenaje para escapar. Los marinos empezaron a buscarlo en todas las alcantarillas y entraron a varias casas para intentar atraparlo, tenían previsto que el capo podría usar su misma estrategia.
Sobre el Boulevard Jiquilpan y calles aledañas, los uniformados abrieron las rejillas del sistema pluvial y drenaje de la ciudad; algunos, vestidos de civil con armas largas, se internaron con linternas al sistema de drenaje, el cual fue modificado hace apenas unos meses, puesto que se aumentó el diámetro de la conducción de aguas negras; así que esta vez, lo siguieron por los túneles de la red, sin darle tregua.
Pero El Chapo no salió de ahí hasta antes del mediodía. El capo transitó por los caminos subterráneos de Jiquilpan y emergió en el cruce con el bulevar Adolfo López Mateos, cerca del hospital Fátima, donde él y su jefe de seguridad Orso Iván Gastélum Cruz, El Cholo, robaron un automóvil a una persona que esperaba en un semáforo con luz en rojo. Iban sucios, con rastros de tierra y sangre.
En el vehículo recién robado, un Focus color rojo, circularon por López Mateos hasta el cruce con la autopista Internacional México 15, en dirección a Navojoa, Sonora, donde fuerzas federales los interceptaron y los condujeron al Hotel Doux —“un centro de paso, pero muy lujoso”, narra un vecino—, mientras llegaban los refuerzos. Guzmán y El Cholo fueron capturados cerca de las 10:30 horas, a 8.6 kilómetros de distancia de la casa de seguridad que fue el último refugio del capo.
La balacera y persecución duraron casi seis horas.
Una de las viviendas revisadas en el operativo fue la del tres veces campeón del mundo boxístico, Fernando Kochulito Montiel, quien platicó que, igual que cientos de vecinos de Las Palmas, vivió casi cuatro horas de angustia y zozobra por las intensas balaceras que se escenificaron.
El pugilista dijo que en forma cortés, elementos de las Fuerzas Armadas le solicitaron permiso para ingresar en su hogar y revisar si en ella se ocultaban delincuentes, a lo que accedió.
Jacqueline, una trabajadora del hospital Fátima, a pocos metros de donde El Chapo y sus hombres robaron el automóvil, declaró que tuvo miedo, antes de saber qué ocurrió. Desde temprano, cuando se dirigía a su trabajo, en grupos de amigos y familia en WhatsApp le llegaron los mensajes de una balacera en Las Palmas e Scally, pero al estar más cerca del hospital decidió no regresar.
El centro médico estaba tranquilo a media mañana, indica, pues el incidente se había registrado a algunas calles de distancia. Sin embargo, narra que a una compañera le tocó ver cuando dos hombres salieron de una alcantarilla y amagaron a un automovilista, pero no identificó a los sujetos.
Otro vecino, de nombre Florencio, quien vive sobre la calle Río Presidio, a unos 400 metros de donde tuvo lugar el enfrentamiento en el que fallecieron cinco sicarios y otros seis fueron detenidos, asegura que empezó a escuchar los balazos cerca de las 04:30 horas y poco tiempo después le siguió el ruido de los helicópteros.
Ovación. Un par de horas después, las redes sociales se convulsionaron con el mensaje del presidente Enrique Peña Nieto, en el que anunció la recaptura de El Chapo.
Los cónsules y embajadores de México recibieron la noticia del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien estaba con ellos. “Quiero leerles un mensaje que acaba de subir el Presidente, dice: ‘Misión cumplida, lo tenemos, quiero informar a las mexicanas y los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido’”, leyó el secretario ante los diplomáticos reunidos en su último día de actividades de la 27 Reunión de Embajadores y Cónsules.
Los aplausos y vítores se desataron de manera espontánea, fue un momento de euforia, relataron algunos de los presentes. El sentimiento provocó que comenzaran a entonar el Himno Nacional, en el salón José María Morelos y Pavón, de la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde estaban reunidos. El funcionario responsable de la política interna hizo el anuncio acompañado de la canciller Claudia Ruiz Massieu y los secretarios de Defensa, Salvador Cienfuegos, y el de Marina, Vidal Francisco Soberón. “Felicidades Miguel”, le dijo Massieu a Chong cuando le dio un abrazo.