Washington.— El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, afirmó ayer que no cree que el poderoso Cártel de Sinaloa vaya a desmantelarse tras el arresto de su líder, Joaquín El Chapo Guzmán, aunque confió en que sí ve más complicadas sus operaciones.
“No creo, desgraciadamente, que podamos decir que este tipo de captura, aunque sea significativa, vaya a tener éxito a la hora de desmantelar a esa organización”, dijo Earnest.
“Pero tenemos confianza en que [a los miembros del grupo delictivo] les será un poco más difícil operar y hacer el dañino trabajo que hacen sin su líder”, añadió.
Admitió que el deseo de aprehender al criminal se debía en parte a la idea “de que su captura podría al menos perturbar la capacidad de esa organización internacional de traficar con una serie de cosas en todo el mundo, incluidas la heroína y otros narcóticos”.
El Cártel de Sinaloa se ha convertido en el grupo delictivo más poderoso y que más droga ha hecho circular en Estados Unidos en los últimos años, según la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA).
No obstante, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que surgió en 2010 en una alianza con el grupo de El Chapo, está “rápidamente convirtiéndose en una de las organizaciones criminales transnacionales más poderosas de México y compite con el Cártel de Sinaloa en Asia, Europa y Oceanía”, según las investigaciones de la agencia antidrogas estadounidense.
El pasado fin de semana se sentaron las bases para el inicio del proceso de extradición a Estados Unidos de Guzmán Loera, después de que la Interpol formalizara las dos órdenes de arresto emitidas contra el narcotraficante, capturado el 8 de enero pasado.