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politica@eluniversal.com.
Bruselas.— El capo Joaquín Guzmán Loera representa un gran trofeo para la DEA en su lucha contra las drogas en América Latina, de allí la reiterada búsqueda de su extradición a Estados Unidos y el anuncio de compromisos como su no ejecución en Texas, afirma Laurent Laniel, experto en narcotráfico del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT).
“El Chapo ya es una leyenda y su entrega sería una victoria, una gran medalla para la DEA, que se presenta como la policía de las Américas”, dice a EL UNIVERSAL el experto de la agencia encargada de analizar el fenómeno de las drogas en la Unión Europea.
Asegura que también lo reclama la justicia norteamericana, ya que intentarán sacarle una larga lista de conexiones al interior del gobierno de México que estarían eventualmente asociadas al narcotráfico.
“Ese hombre conoce muy bien una parte importante del narcotráfico en México, incluyendo lo que más le interesa a Estados Unidos: conexiones, lugares a donde llega la droga, cómo sale de allí, a quién se paga, quién es cómplice y a quién se le financió la campaña”.
“Esto lo utilizaría Estados Unidos para investigaciones contra el narcotráfico y de vez en cuando ejercer presión contra funcionarios con cargos públicos”, continúa Laniel.
Recuerda que un escenario similar se presentó en 1990, cuando el ex general y antiguo gobernante de facto de Panamá, Manuel Noriega, se entregó y fue trasladado por agentes de la DEA a una prisión cercana a Miami, Florida, para ser sometido a juicio por narcotráfico.
“Pero para sacarle información a una persona encarcelada de por vida tendrán que darle algo a cambio”, sostiene el experto.
El antiguo investigador en temas de inteligencia del Ministerio Francés del Interior, señala que ante las dos fugas precedentes, la falta de una profunda reforma del sistema penitenciario y el poder corruptor del narcotráfico, la alternativa para mantenerlo encarcelado y desconectarlo del negocio es enviarlo a Estados Unidos.
“Es una persona muy astuta, con contactos y mucha plata, por lo que buscará nuevamente fugarse si se queda en México. Si lo extraditan a Estados Unidos estará frito”, indica.
Laniel ha seguido desde hace dos décadas la situación del narcotráfico en México y en el pasado ha visitado el estado de Guerrero para realizar investigaciones sobre la producción de amapola.
Al hacer un análisis sobre la psicología del líder del Cártel de Sinaloa, asegura que al final lo traicionó su megalomanía.
“Terminó dándole el síndrome Pablo Escobar, el de una persona que se hace rica y famosa y que tiene un impacto político y social en su país por motivos criminales de narcotráfico. Por ello me sorprendió poco el saber de sus aspiraciones en Hollywood”.
“Es claro que El Chapo no está dispuesto a morir, ni pretende seguir la filosofía de los narcos de Medellín, quienes decían que mejor una tumba en Colombia que una cárcel en Estados Unidos”, sostiene.