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Especialistas en temas de seguridad consideran que en tanto se concreta el proyecto del Mando Único policiaco es necesario cambiar los esquemas de reclutamiento y depuración que se aplican en los cuerpos de seguridad.
Ayer EL UNIVERSAL dio a conocer que las autoridades municipales en Guerrero, Veracruz, Sonora, Oaxaca, Hidalgo y Baja California Sur se resisten a aplicar el modelo y firmar los acuerdos con la federación para implementar el esquema que propuso el gobierno federal.
Jorge Chabat, integrante del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), considera que el Mando Único es “viable en varios estados, porque no en todos se presentan los mismos problemas de coordinación de elementos. En algunas entidades es más urgente que en otros. En teoría es deseable que las policías municipales estén vinculadas con la población, pero lo que ha pasado es que al haber tantos municipios, se ha perdido el control.
“En algunas entidades puede ser una solución para estandarizar a las policías, tener más control y protocolos. El problema de la corrupción existe y esto no va a desaparecer con el Mando Único, pero sí va a ser fácil detectar las malas prácticas. No es una mala medida el modelo”, señaló.
En el caso de Guerrero, asegura que la implementación del Mando Único permitirá combatir la delincuencia organizada, ya que ese es uno de los principales problemas que enfrenta.
“Lo que pasa en el estado de Guerrero es que el problema de la corrupción es muy fuerte, no sé si se resuelva con el Mando Único, pero si hay la voluntad política puede servir a mejorarlo y para combatir el crimen organizado. El punto es que al tener el modelo, insisto, es que se va a tener un mayor control de los policías, porque en el caso Iguala nadie era culpable de la seguridad”, explicó.
Alejandro Hope, consultor en temas de seguridad y especialista del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), afirma que “no es deseable el modelo, primero, se deben establecer estándares policiales mínimos que permitan a las corporaciones cumplir con obligaciones en términos de organización, estructura y disciplina. Seguimos en una discusión de con cuántos elementos debemos contar y quién debe mandarlos, y no qué tipo de policías debemos tener”, mencionó.
Considera que “el tema no radica tanto en el modelo de Mando Único. El rubro principal es la capacidad de depurar a las policías, a las que están vinculadas con el crimen organizado o de actividad delincuencial. Es importante la depuración. Es relevante saber cómo se van a distribuir las responsabilidades en la toma de decisiones, ya que se debe de designar una persona para decidir de forma colegiada. Las medidas que se tomen tienen que ser de acuerdo a la capacitación de las policías, en términos tácticos, respeto a los derechos humanos y establecer blindaje para evitar prácticas corruptas en el personal”.